Gavi, la expresión de la uva cortese

Azienda Agricola Il Poggio di Gavi, Piamonte (Italia)

Abandonamos la D.O.C.G. Barolo y Barbaresco, y Asti con su dulce y fino Moscato, atravesamos los montes hacia el oeste de la región, pequeñas fincas de agroturismo celebran la apertura de la región y nos abren sus puertas a nuestro paso, hacemos un alto en la Cantina Sociale Barberà Sei Castelli, cuya tienda degustación ofrece los varietales de la zona: la uva barbera, que se extiende desde las Landas hasta Monferrato, recomiendan el Nizza. Continuamos hacia el oeste por carreteras desconocidas y cruces de caminos que despistan al viajero. En esta espléndida comarca no importa perderse entre viñedos alineados y bosques salvajes. La espesura es mayor al atardecer y los aromas de plantas silvestres dan lugar al húmedo perfume del sotobosque.

El campanario de la iglesia y el fuerte construido en el medievo nos ubican en Gavi, esta espléndida localidad centra la D.O.C.G. Gavi en Alessandria. La uva cortese crece en las colinas del altiplano a 230 metros de altitud, en terreno arcilloso y ventilado, desarrolla vinos frescos de acidez media, con una buena estructura salina y mineral por su proximidad a la costa de la Liguria, Génova se sitúa a escasos 40 km en línea recta hacia el sur.

La bella comarca de la denominación Gavi está circunda por numerosas fincas diseminadas por los veinte pueblos y aldeas –fracciones– bajo el amparo de esta Denominación, fuera de la cual la rígida y muy desarrollada regulación italiana hace que fuera de ellos, estos varietales pasen a calificarse D.O.C. Gavi, por ejemplo de Novi Ligure, según el origen del municipio. Continuamos por los caminos zizagueantes, de poco nos sirve el GPS, retrocedemos unos metros ante la puerta: “Il Poggio di Gavi” en Roveretto, una finca de tres hectáreas y media con una moderna bodega destinada a hacer envejecer el vino, donde el marido de Francesca, la propietaria, nos saluda animado en la línea de envasado, ella aguarda arriba en la oficina y sala de degustación.

Desde la amplia vidriera se vislumbra il poggio, el cerro donde los primeros brotes de la uva cortese están por despuntar en el mes de mayo, y en lo alto la antigua bodega propiedad de la familia, “veníamos en verano y en septiembre ayudábamos en la vendimia”.

Cata en Il Poggio di Gavi

Nuvole sul Poggio 2019 de las viñas orientadas al sur, suroeste. Color amarillo verdoso, aromas cítricos, pomelo. En boca sabroso, ligero y fácil. Grado alcohólico: 12,5%

Luna sul poggio  2019 de un pago más arenoso. Buen vino joven con algunos años de reposo en la bodega. Amarillo pajizo, aromas florales, hierbas aromáticas. En boca muy fresco, fruta blanca, piña, melocotón, final almendrado. Un vino más redondo.

Sole sul poggio es quizá el más representativo de la zona de mejor producción, de terreno arcilloso da lugar a un vino más complejo. Amarillo pajizo intenso. Menos perfumado y más mineral. Su crianza en barricas de madera de acacia le otorgan mayor complejidad. Encuentra su finura en su paso por boca sin perder el frescor característico de la uva cortese.

El diseño de las etiquetas de dibujos coloridos contorneados y líneas curvas con un toque surrealista, dan paso a un vino tradicional de gran potencial,

Gavi Etticheta Nera (2016) de la vieja viña que rodea la casa en Roveretto de terreno arcilloso y pétreo con una exposición de 360º al sol. La tradición y la tierra se funden en la personalidad de este vino. Amarillo pajizo, aromas a hierba recién cortada, fruta de hueso, nísperos. Suave y fresco en boca, mineral, recuerdos a hierbas aromáticas. Es un vino blanco de gran potencial, realiza la fermentación maloláctica y envejece en barricas de acacia de 500 l. que le hacen más redondo.

En Il Poggio podemos también degustar el espumoso según el método champenoise. La variedad cortese se utiliza en la elaboración de estos espumosos de distintas añadas, con levaduras propias, que maduran 48 y hasta 55 meses, es el caso del Gavi di Gavi 2013, reposa en la bodega de ladrillo sin prisa, (la regulación exige un mínimo de 18 meses). Burbuja fina y sutil que resalta la fragancia de la fruta blanca, pomelo, manzana. Largo en boca, suave, cremoso, especiado.

Francesca Poggio Metodo Classico Gavi, la productora le da nombre a este vino de método tradicional: “El año pasado al descorcharlo…azafrán.”

Uva cortese aromática de moderada acidez que perdura en el tiempo

Pequeñas bodegas y agroturismo se alternan en estas bellas colinas con las grandes productoras como el caso de La Scolca, 50 hectáreas de terreno de biodiversidad perteneciente a la familia Soldati, dedicadas en su mayor parte a la uva cortese. Da mucho trabajo pero «envejece bien, con levaduras propias», nos dice la guía entre los depósitos de acero inoxidable, 6, 7 meses, ¡hasta 10 años! Desde la terraza admiramos los viñedos segmentados según la orientación, en cordón para su mejor manipulación incluso el uso de pequeños tractores, se reduce el número de yemas consiguiendo mayor calidad; la tierra arcillosa y calcárea junto a la humedad del aire otorgan esa característica salinidad al vino de Gavi.

CATA:

Villa Scolca. Amarillo pálido, aromas a flores blancas, gusto a pomelo, cítricos. Fresco de acidez persistente. Acompaña al aperitivo.

CATA:

Villa Scolca. Amarillo pálido, aromas a flores blancas, gusto a pomelo, cítricos. Fresco de acidez persistente. Acompaña al aperitivo.

Gavi dei Gavi, amarilo pajizo, aromas florales, marcada acidez en boca. El 2007 fuera de la denominación, el color se torna dorado las notas a fruta dan paso a aromas más complejos y una gran profundidad.

Gavi, La Scolca. Color amarillo con ribetes dorados. Nos decantamos por las referencias con mayor envejecimiento, los aromas a fruta, albaricoque, cítricos. Muy fresco en boca, más equilibrado y complejo que los jóvenes.

Cata del Gavi en La Scolca, Piamonte (Italia)

Espumoso d’Antan, color amarillo dorado, se abre en la copa, burbuja muy fina. Amable, oleaginoso, retrogusto un punto dulce.

Destacamos otras bodegas de las veinte localidades ¡ Gavi bien merece otra visita !

Los veinte de Gavi (Italia)
  • Tenuta San Pietro
  • Villa Sparina
  • Tenuta La Giustiniana
  • Marchese Luca Spinola (…)
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Otras tierras: D.O. Madrid

D.O.P. Madrid, subzona San Martín de Valdeiglesias y Cadalso de los Vidrios

D.O.P. Madrid ESPAÑA

Salimos del confinamiento, la ciudad abre las puertas de la hostelería con restricciones y toda la región lo celebra. El madrileño está habituado a moverse, a tapear por las terrazas, caldeado con las estufas, quiere moverse. Viajamos limitados por la D.O.Madrid y llegamos justo hasta el confín que marca la división entre comunidades, Cebreros y Castilla-León a un paso. Nos aproximamos a la cuenca del río Alberche por la ruta de los pantanos, «El bosque encantado», carreteras comarcales nos despistan hasta dar con las pequeñas bodegas con excepciones…

…La tradición de Bernaveleva se conserva en esta finca de 200 hectáreas con 40 de viñedos repartidos entre la colina y el llano, de 700 a 850 metros de altitud. Granito compacto y arena cargado de flores aromáticas y amarillas entre los surcos de las cepas, es buena señal, «suelo sano y con vida», habla Juan Díez heredero de esta tierra junto a su hermana; fue una tía suya quien se aventuró a sembrar con poco acierto, «hizo vinagre», pero preservó. Recorremos en un 4×4 senderos de tierra removida, los jabalíes escarban la tierra «peor son los furtivos, todo se lo llevan» arrancan los postes y el alambre; se baja y endereza la valla divisoria. Desde el cerro Manchomuelas de garnacha blanca, contemplamos otros viñedos, La Rosa, zona aireada que limpia el riesgo de hongos. Estamos en Omaha, enfrente la finca de sus tíos «un día la conquistaremos», sonríe por la alusión a la invasión bélica. El albillo crece también en una finca arrendada «La Flecha».

Al regresar a la bodega nos topamos con dos caballos bretones de trabajo, «es Miguel Santiago» me dice el productor, buen contacto, con 20 hectáreas de terreno elabora dos o tres vinos monovarietales, Marino de albillo y Cabrito de garnacha, notables. Enseña además a los jóvenes el arte de la viticultura, «yo soy agricultor», declara sin tapujos. Llegamos a la renovada bodega Bernaveleva, Marc el enólogo elabora los vinos con esmero, «es un año peculiar, por las lluvias, de poca uva por filomena, pero de buenas sensaciones.» La vendimia comienza en agosto con la temprana, el albillo real, «saldrán más redondos». Le sigue la garnacha blanca y después en septiembre la garnacha tinta cae por gravedad en la prensa y depósito de fermentación, el mosto recogido en el caso de los blancos permanece nueve meses sobre sus lías, sin moverlas, y se añade un poco de sulforoso cuando termina la fermantación alcohólica y después de la maloláctica en los tintos según «la ley de la mínima intervención» nos dice Juan. La clarificación es también natural por frío, se pasa a depósitos de 12 litros la parte limpia. Tintos, vinificación en cubas de madera con el raspón, «la uva entera le aporta el sabor, sensaciones frescas», explica Marc, garnacha y tempranillo, observamos los remontados, cuando sube la temperatura los riegan con manguera mojando el sombrero una vez al día.

La producción entorno a 85.000 botellas se vende en España y se exporta a Europa, porque «el vino español es barato», sin embargo en la bodega se respira calidad, selección y mucha atención, lo que no gusta se desecha, «a destilería» señala el productor con un gesto enérgico. Al fondo de la bodega, entre las barricas de roble francés usado, comenzamos la cata directamente de barrica, Juan sirve con la pipeta escanciadora chorreando, cuyo orificio superior tapa con el dedo; gusta la garnacha blanca con mucho potencial y sorprende el moscatel seco, fino y ligero de Cantocuerdas.

Navaherreros es un vino de finca, evoluciona un año en barrica y 6 ó 7 meses en depósitos de acero inoxidable, mezcla de Albillo Real, macabeo, moscatel…

Manchomuelas, con 15% de alcohol, un vino más corpulento a base de garnacha blanca y algo de macabeo que le otorga más aromas y sensación ácida, con notas evolutivas propias de Riojas viejos.

De los tintos, el más consumido es el Navaherreros 2019, garnacha de los distintos parajes, crianza en roble usado. Destaca Carril del Rey, vino de parcela «Viña Bonita» de cepas viejas de 80 años de orientación sur, 12-14 meses en barrica de 228 litros, hasta seis años con notas minerales y florales que expresan la tierra, con mucha personalidad.

La bodega es fiel a la tierra y a la calidad, en palabras de Juan Díez el propietario, «si tienes que corregir, malo».

Visitamos la bodega de Miguel Santiago en un garaje de Cadalso de los Vidrios, llega sudoroso de podar en las parcelas de San Martín y Cadalso, aunque le gusta “podar con luna menguante”, estamos en marzo. La uva se vinifica bien por separado de cada parcela o bien se mezcla vino. Tradición le sobra, es la quinta generación de una familia de agricultores, “desde el 2011 comenzamos a elaborar en serio”, junto a su padre, producen 15.000 botellas al año de forma natural con abono también de animales, “se añade algo de azufre natural por el oídio”. El suelo granítico y arenoso, el clima más frío en la sierra, varía algo la vegetación, de robles y pinos, altitud de 780 a 800 metros. El Albillo fermenta con sus lías y realiza el batonage cada quince días. El sol aprieta en la calle, a unos pasos en la misma calle del pueblo tiene otra nave con barricas de roble francés de 500 litros, de dos años de antigüedad. Trabaja en un proyecto nuevo con su socio de Parajes en el Bierzo, con el Godello, “tiene poca acidez, unas 600 ó 700 cepas más la Mencía, y Palomino fino que se planta entremedias de las viñas y suaviza la Mencía”. “¿Y los caballos?” Le sirven para arar ciertas zonas y viñas viejas, bretón francés e hispano-francés. Comienza la vendimia en agosto “el campo te da la pauta”, lleva viñas de otras empresas, trabajo de campo continuo, y además saca tiempo para enseñar a chavales del pueblo.

De sus marcas destacan “Cabrito”, la garnacha a partir de dos años encuentra el equilibrio, color cereza, aromas a frutos rojos, herbáceos, es ligero fácil de beber. Asegura que viene de viñedos de más de 100 años a 920 metros de altitud.

“Marino” con la etiqueta del grabado de un caballo en blanco; vino seco de aroma a frutos rojos, en boca cereza y especias, notas dulces, sabroso, añadas anteriores al 2016 madera y final glicérico. “Marino” etiqueta de caballo negro, monovarietal de albillo real autóctono. Aromas frutales, intenso y muy elegante. En boca es envolvente, carnoso, complejo.

Viajes

El viaje: Las Langas

Las Langas, esa región del Piamonte italiano conocida a nivel mundial tan a desmano de toda ruta. Llegar desde la Liguria es toda una aventura incluso por la autopista cuya salida termina en espectáculo, las verdes montañas aterrizan en la extensa llanura de siembra, los Alpes nevados nos ubican, estamos al Norte de Italia. Las Langas fue declarada Patrimonio de la Unesco en 2014 por su belleza paisajística natural. Nos aproximaos a Alba, una encantadora localidad cuya comarca la rodean colinas de viñedos. En ocasiones el desnivel obliga al viticultor a plantar en amplias terrazas aprovechando el terreno. Al sur, sur-oeste la uva nebbiolo crece en zona privilegiada del viñedo, la primera en brotar y la última en ser recogida, los caldos poseen un alto potencial de taninos que la hacen muy apta para su envejecimiento, la barbera vigorosa ampliamente cultivada resiste la climatología hasta la vendimia a finales de septiembre, después de la dolcetto, otra variedad autóctona de más baja acidez y vinos aterciopelados con alto grado de alcohol.

La primavera calienta las yemas de incipiente fruto, el frescor del aire nos devuelve al frío invierno, estamos a 300 metros de altitud, en  tierra calcárea y arcillosa donde crecen vigorosas las cepas de estas variedades, más de 48 mil hectáreas repartidas a lo largo del río Tánaro, en su margen izquierdo, las variedades de tintos mencionadas, en el margen derecho más al norte se cultiva la arneis, una variedad local delicada, de baja acidez y poco rendimiento que sin embargo ha sido recuperada recientemente produciendo vinos blancos perfumados con ligera aguja, en su paso por la madera con más cuerpo y múltiples aromas florales.

Los Vinos DOCG: El Barolo es un vino rico en taninos y permanece al menos tres años en barrica, según regulación, y da lugar a grandes vinos más suaves, estructurados, con un mínimo de 13% de alcohol, el Barbaresco es de una zona algo más rica en nutrientes, debe contar con 12% y envejece en barricas por los menos 2 años. Los monovarietales de barbera, envejecen al menos un año, en el caso de los calificados como Superiore, desde el 1 de septiembre del año sucesivo a la vendimia.

Recorremos la comarca hacia Barolo, objetivo de todo gourmetista de a pie especializado en vino muy en auge y que sin embargo escasea en estos tiempos de pandemia , 40 mil turistas al año pasaban por esta comarca. Apenas hace dos días que abrieron la frontera entre regiones con restricciones, no obstante, muchas bodegas nos abren las puertas deseosas de reiniciar las relaciones comerciales. Este es un año difícil, la hostelería en Italia cerró sus puertas hasta mitad de mayo limitando el consumo al espacio abierto. El bodeguero guarda los vinos en espera de la recuperación del mercado, pero se siente afortunado, reparte su tiempo entre la elaboración y envejecimiento en barricas de roble y el quehacer incansable en el campo, estación de poda, cepas de varias yemas y un espolón verán crecer en lo alto las verdes hojas que protegen el racimo. Las vides dispuestas en perfectas hileras en espaldera despistan al viajero que recorre carreteras serpenteantes, bodegas esparcidas asoman entre las colinas, tradición y tecnología. Una imagen nos hace detener, la construcción de diseño vanguardista contrasta con el campo abierto, limpio, de tierra blanquecina con sedimentos milenarios del mar. Llama la atención la ausencia casi total de ganado.

L’Astemia pentita, Barolo

La bodega Barale Fratelli se encuentra a la entrada de Barolo

Una empresa familiar de 150 años de tradición, produce 80 mil botellas anuales con 13 hectáreas de viñas orientadas al este y sud-oeste. Descubrimos el escudo y las letras historiadas –que por cierto nos recuerdan al un gran vino riojano Castillo de YGAY–, en la fachada de una casa pintoresca de dos plantas en este pueblo encantador. El patio de entrada conduce a estancias de historia al fondo los toneles grandes de 300 hl. Para el Barolo y el Barbaresco, toneaux de roble francés para la vinificación de la barbera d’Alba y el nebbiolo, y barricas pequeñas para su crianza. Los depósitos de cemento están destinados a la conservación, la temperatura se mantiene todo el año a 13º-18ºC. Existen otras variedades que han poblado esta comarca más recientemente, hace medio siglo, la Chardonnay, Pinaud noir… en Bussia cuentan con el permiso de estas variedades por su tradición. Viña biologica, término utilizado en Italia para designar la producción ecológica, por el tratamiento natural con respeto al medio ambiente y los productos utilizados, levaduras naturales. En algunos casos la vinificación es también “in nature” siguiendo un protocolo más rígido y selección de las uvas.

CATA:

Barbera d’Alba 2019: 1 semana de maceración y un año de afinamiento en toneaux

Amplia acidez y astringencia propias de la variedad, vino joven seco, de 14%. Buena relación calidad/precio.

Barolo 2015 son vinos más caros destinados a envejecer, vinos que requieren mayor esfuerzo, mano de obra y tiempo. El mosto se prueba, aparte se realizan los análisis.

Barolo Cannubi 2011, 2015

La vinificación se inicia con una la separación de los hollejos y fermentación estática en roble con las levaduras propias seleccionadas. Maceración durante 30 días con remontados de los hollejos.

Color rojo granate con ribetes anaranjados. Aromas balsámicos y notas de fruta roja madura y violeta. En boca resulta seco, potente y aterciopelado. Sabores a fruta madura y retrogusto de agradable dulzor.

Barolo Bussia 2009. En Bussia, los viñedos de nebbiolo están situados en un valle y gozan de un microclima cálido ideal para la producción de Barolo. La recogida se hace a mano, el enólogo hace la selección desechando los granos deteriorados. Este cru se destina al Barolo, a los vinos ecológicos, contienen 50grs de sulfitos.

Vinificación similar con prensa suave, le sigue una maceración de 30 días con remontados periódicos. Color granate intenso, notas balsámicas, más estructurado de sabor intenso a frutas maduras.

En el Barbaresco de largo envejecimiento, la maceración se realiza a 30ºC durante veinte días favoreciendo la extracción de taninos suavizados en roble francés, al menos 2 años en el caso del barbaresco, destinados a evolucionar durante décadas, evolucionan y conservan los aromas de la tierra.

L’acino, Ceretto

Ceretto en Cannubi a pocos kilómetros una gran finca decimonónica, comenzó la producción de vinos en 1930 de la mano del patriarca Riccardo Ceretto. A día de hoy, la tercera generación de cuatro hermanos propietarios se reparten el trabajo: de elaboración, comercial, administrativo y artístico. En 2008 se produjeron vinos ecológicos y en el 2009 realizaron obras de ampliación.

Las modernas instalaciones de interiorismo de diseño nos llevan de una amplia recepción al “acino” una enorme burbuja en suspensión sobre los viñedos fabricada en

materiales blandos que asemejan un “grano” de uva. Admiramos las vistas desde lo alto, viñedos de Barolo y Barbaresco. Acompañados por una profesional parte del equipo comercial, nos adentramos en la bodega, una gran ánfora de terracota junto a los grandes depósitos de acero inoxidable nos llena de curiosidad. Se trata de un experimento que ya hemos observado en otras regiones, utilizar cerámica, controlar la variación de la temperatura y los niveles de humedad.

Barolo: grandes toneles de roble de Eslavonia de 300 l. 4 años de envejecimiento, al menos 32 meses en barricas de roble.

El personal desfila en uniforme atendiendo a las visitas, desde una sala con vistas a los viñedos de Monsordo Bernardina comenzamos la

CATA:

Arneis, la variedad de uva blanca recuperada recientemente. Vino joven de 13% de alcohol y ligera efervescencia. Vinificación en autoclave de acero inoxidable con válvulas que controlan la presión de forma controlada.  En las primeras añadas se buscó potenciar el frescor en boca, con las burbujas se aumenta su percepción. Color pálido, amarillo pajizo, aromas florales, melocotón.  Resulta fresco, ligero, de fácil entrada y efervescencia sutil. Ideal para el aperitivo, tiene un mercado en alza a pesar de su elevado precio.

Dolcetto 2019 Vino con tradición, de la tierra. Posee un gran cuerpo, marcada acidez y pungencia que invita a acompañar platos de carne, guisos, quesos y embutidos. Color rojo rubí, con aromas a frutos rojos, ciruela. Equilibrado con una leve acidez. Largo en boca, suave entrada y feliz persistencia de taninos amables.

Continuamos nuestra cata servida de las botellas con el Coravin en las grandes copas de fino vidrio los mono-varietales, un particularidad muy característica en la elaboración de vinos italianos.

Nebbiolo d’Alba 100% un vino más fino y elegante. El “pequeño Barolo” dicen por estas tierras. Color rosáceo, violeta, aromas a frambuesa, frutas de bosque. Envolvente, algo seco. Grado alcohólico 14%. Acompaña a los productos de la tierra, la trufa, las setas, el “crudo” y especias; para disfrutar en cualquier ocasión.

Barolo 2016  Clásica añada “excelente”. Color granate con reflejos anaranjados, aromas a frambuesa, frutos rojos frescos. En boca más intenso, confitura. Crianza mínima de 1 año en barrica pequeña, 2 en grande. Es un vino de gran potencial, los taninos más punzantes se atenúan en la barrica cuya evolución lo hace más complejo y estructurado.

Barbaresco 2017 una añada calurosa, 100% nebbiolo.13,5% de  alcohol. Vinificación: de 3 a 9 meses, crianza de un año en barrica grande y un año en pequeña –al menos dos años el barbaresco–. La “reina del nebbiolo”, más fina y suave. Mezcla de distintos viñedos. Tonos granates, armónico en nariz, paso elegante y largo en boca.

El Barolo proviene de la cosecha de uno o diversos viñedos de la nebbiolo: Barolo Cannubi, B. Bussia, B. Pravò… el “Classico” del asamblaje de varios terroirs.

La empresa cuenta con otros viñedos en Las Langas, también DOCG como el Moscato d’Asti, con una versión spumante.

Cantina Fratelli Serio & Battista Borgogno

“Una collina, i suoi vigneti, il profumo inebriante del vino, il suo colore.”

Desde 1897 la familia elabora vino de la tierra en una pequeña finca de tres viñedos del tamaño de una hectárea. La empinada carretera nos obliga a hacer maniobra para acceder bordeando la hilera más próxima hasta la entrada de la bodega. Se trata de Cannubi a 280 metros de altitud, la colina de arena, arcilla y limo está protegida del viento. Marco me muestra la vid en espaldera, “se utiliza la madera de sauce para atarlas en guyot. Mientras realiza la poda verde, su sobrina Federica, la quinta generación, realiza la visita en el interior, sólo grandes cubas de roble de Eslavonia, bastante común por esta zona, 50 hectólitros, la fermentación de 6 a 30 días, porque “cada vino tiene su edad”. Tomamos como ejemplo una gran añada del Barolo, se embotellan el verano la cosecha del 2016, “está toda vendida” en su lugar descorcha la del 2017

Cata en Fratelli Serio & Battista Borgogno

Barolo de Cannubi 2017: en la vendimia se selecciona uva de las tres viñas y se fermentan por separado, fermentación que dura 30 días con remontados frecuentes, la maloláctica en acero inoxidable; después permanece 39 meses de crianza en roble, –el Riserva se afina durante 5 años— Los reflejos anaranjados se acentúan con las añadas del 2015 y 2013 notamos el glicerol en la copa, vamos acercándonos a un vino más equilibrado y redondo.

Aunque no cuentan con el Certificado Biológico, se respeta la naturaleza, el agrónomo está en el viñedo y aseguran, no se añaden productos químicos. Cuentan con uena relación calidad/precio.

Se produce también Barbera superiore, de 14% de alcohol, el joven algo áspero, el 2017 permanece 24 meses en tinajas de roble de 40 hectólitros, más redondo, encuentra su equilibrio en botella seis meses antes de salir al mercado 8como el resto de los vinos de crianza) y en el viñedo nuevo se gesta la nebbiolo destinada al Langhe nebbiolo, un vino más fino, elegante.

«el vino del rey, el rey de los vinos«

Regresamos a Barolo, encantadora localidad de menos de 700 habitantes, hoy las carreteras casi desiertas, se pueden ver viñedos por doquier que circundan este bello pueblo, la cuesta hacia la izquierda me lleva hacia la viña de Marchesi di Barolo más cercana a la bodega, recorrer a pie subiendo y bajando las calles, detenernos en las enotecas y almorzar en uno de los restaurantes al aperto resulta una delicia en un día soleado primaveral. Bodegas bajo el castillo construido como fuerte en el siglo X y habitado por los marqueses Falletti durante generaciones. Carlo Tancredi y Juliette Colbert se trasladaron en el siglo XIX, ella venida de la corte de Louis XVI, y el marqués desde Turín. Transportaban el vino en carrà, las barricas alargadas y aplanadas destinadas al consumo privado del rey Carlo Alberto di Savoia, 325 carrà, una por cada día del año exceptuando los días de cuaresma. Pero esta es otra historia como tantas en esta comarca llena de leyenda; despierta interés la estabilidad del vino de Barolo que con tan escasos medios se transportaba por Europa sin sufrir importantes alteraciones. Los amantes de la historia novelada y la leyenda pueden disfrutar de la visita guiada entre vitrinas de objetos personales y de la producción del vino en el Piamonte. También visitar el castillo fortificado que otorga aún mayor atractivo al pueblo piamontés, sede del museo del vino. En la bodega, Palacio «Cascina Pillone», joyas, libros, instrumentos, y sobre todo barriles y botellas centenarias. Las 5 barricas de la marquesa han sido forradas literalmente de acero para preservar el legado histórico. La enoteca rezuma historia, botellas de 30, 40, 50 años, las viejas etiquetas dan prueba de ello sin embargo, cada 30 años se realiza un trasvase en ausencia de oxígeno para preservar tan preciado elixir. Desde el siglo pasado la familia Abbona al servicio de esta heredad comenzó la elaboración de los vinos que hoy se sirven en los restaurantes más prestigiosos en Italia, se dan a conocer como tantos otros en sus envíos por todo el mundo. Un millón y medio de botellas al año de las variedades autóctonas e internacionales.

La estabilidad del Barolo, una carrà

Barolo del municipio de Barolo, variedad nebbiolo 100% exclusivamente de los viñedos de este municipio de tierra calcárea y arcillosa con sedimentos de limo que le otorgan esa característica de riqueza aromática. Once municipios pertenecen a esta denominación de las consideradas más antiguas del planeta, una de las Langas junto a Barbaresco, Alba… en el Piamonte italiano. Langhe, del Roero y del Monferrato, fueron nombradas Patrimonio de la Humanidad en 2014

Terraza en Marchesi di Barolo

La visita comienza en el patio antigua entrada de caruajes cubierto por una gran carpa para proteger la uva en su entrada en bodega. Valentina, hija de Ernesto Abbona, la quinta generación de esta empresa familiar, nos descubre la panorámica desde la terraza abalaustrada, el castillo de piedra y el verdor de los viñedos en la colina de Barolo y describe sus vinos: En el interior aguarda el vino en las barricas de roble para después evolucionar en grandes cubas de roble de Eslavonia durante 6 años, un crisol de matices aromáticos comienza a manifestarse hasta alcanzar la madurez y el equilibrio del vino. Hasta 30 años permanece estable, silencioso…vivo.

CATA:

Barolo di Barolo, (2015) , racimos de diversas viñas cuya vinificación se realiza por separado. Conserva la etiqueta clásica 1800 y el castillo. Color granate con tonos rubí, aromas intensos a rosa, especias, ajenjo, canela. Suaves taninos por su evolución en madera le otorgan la redondez y elegancia de un gran vino sin perder la profundidad del terroir. El Riserva (2012) más intenso y elegante, también envejece en grandes cubas de roble, la vinificación de diversas viñas se realiza por separado y terminan la crianza en barricas de tueste medio que le otorgan notas de vainilla. Cierra con un final largo y persistente.

Barbera Peigaral (2018) la viña se encuentra enfrente de la bodega de terreno más compacto, es un vino sencillo muy representativo de la variedad barbera. Color violeta intenso, aromas a frutos del bosque, cerezas. Marcados taninos y agradable acidez, en su paso por boca notamos la astringencia característica de esta variedad sin perder la finura.

El patio adornado con plantas, barriles y vestido con sencillas mesas, sillas acolchadas y atendido por el equipo de jóvenes con una amplia formación, es el marco ideal para degustar la gama de vinos varietales y nuevos coupages que abren la cata, como el Bric Amel, un vino joven y fresco a base de arneis, chardonnay y una porcentual de sauvignon blanc, 12,5% vol., muy del gusto del mercado actual. Prensado suave, realiza la fermentación alcohólica en acero donde permanece durante unos meses. amarillo pálido, múltiples aromas ligeramente afrutado, melocotón, almendra fresca, final seco. Ideal para el aperitivo italiano, gente joven se anima a beber vino con estas mezclas de sabor, aroma, más aún, el Moscato d’Asti, Zagara con tan sólo 5% de alcohol y un toque de efervescencia refresca la boca con el suave perfume del azahar. Dolce ma non troppo, 13grs/litro. Un final de comida o aperitivo perfectos en una tarde estival.

La bodega cuenta con referencias varietales mencionadas, las históricas del lugar en su versión bio, sin añadidos químicos.

Cata en Marchesi di Barolo

Uva cortese aromática de acidez moderada que se conserva en el tiempo

Gavi, la expresión de la uva cortese

Abandonamos la D.O.C.G. Barolo y Barbaresco, y Asti con su dulce y fino Moscato, atravesamos los montes hacia el oeste de la región, pequeñas fincas de agroturismo celebran la apertura de la región y nos abren sus puertas a nuestro paso, hacemos un alto en la Cantina Sociale Barberà Sei Castelli, cuya tienda degustación ofrece los varietales de la zona: la uva barbera, que se extiende desde las Landas hasta Monferrato, recomiendan el Nizza. Continuamos hacia el oeste por carreteras desconocidas y cruces de caminos que despistan al viajero. En esta espléndida comarca no importa perderse entre viñedos alineados y bosques salvajes. La espesura es mayor al atardecer y los aromas de plantas silvestres dan lugar al húmedo perfume del sotobosque.

El campanario de la iglesia y el fuerte construido en el medievo nos ubican en Gavi, esta espléndida localidad centra la D.O.C.G. Gavi en Alessandria. La uva cortese crece en las colinas del altiplano a 230 metros de altitud, en terreno arcilloso y ventilado, desarrolla vinos frescos de acidez media, con una buena estructura salina y mineral por su proximidad a la costa de la Liguria, Génova se sitúa a escasos 40 km en línea recta hacia el sur.

Azienda Agricola Il Poggio di Gavi, Piamonte (Italia)

La bella comarca de la denominación Gavi está circunda por numerosas fincas diseminadas por los veinte pueblos y aldeas –fracciones– bajo el amparo de esta Denominación, fuera de la cual la rígida y muy desarrollada regulación italiana hace que fuera de ellos, estos varietales pasen a calificarse D.O.C. Gavi, por ejemplo de Novi Ligure, según el origen del municipio. Continuamos por los caminos zizagueantes, de poco nos sirve el GPS, retrocedemos unos metros ante la puerta: “Il Poggio di Gavi” en Roveretto, una finca de tres hectáreas y media con una moderna bodega destinada a la crianza del vino, donde el marido de Francesca, la propietaria, nos saluda animado en la línea de envasado, donde el marido de Francesca, la propietaria, nos saluda animado en la línea de envasado, ella aguarda arriba en la oficina y sala de degustación. Desde la amplia vidriera se vislumbra il poggio, el cerro donde los primeros brotes de la uva cortese están por despuntar en el mes de mayo, y en lo alto la antigua bodega propiedad de la familia, “veníamos en verano y en septiembre ayudábamos en la vendimia”. Hoy día se trata de una inversión de agroturismo y bodega modernizada con una producción de vino de 33.000 botellas al año. Como el resto de las empresas vinícolas de la zona, exportan la mayor parte de la producción, un 85% a países anglosajones, Alemania, Escandinavia… quizá más del gusto de esta variedad seca a la vez floral, salina y muy fresca.

Espumoso ‘Francesca Poggio’
Cata en Il poggio di Gavi, Piamonte (Italia)

CATA:

Nuvole sul Poggio 2019 de las viñas orientadas al sur, suroeste. Color amarillo verdoso, aromas cítricos, pomelo. En boca sabroso, ligero y fácil. Grado alcohólico: 12,5% (los vinos tranquilos)

Luna sul poggio  2019 de un pago más arenoso. Buen vino joven con algunos años de reposo en la bodega. Amarillo pajizo, aromas florales, hierbas aromáticas. En boca muy fresco, fruta blanca, piña, melocotón, final almendrado. Un vino más redondo.

Sole sul poggio 2019 es quizá el más representativo de la zona de mejor producción, terreno arcilloso que da lugar a un vino más complejo. Amarillo pajizo intenso. Menos perfumado y más mineral. Su crianza en barricas de madera de acacia le otorgan mayor complejidad. Encuentra su finura al paso por boca sin perder el frescor característico de la uva cortese.

El diseño de lasetiquetas de dibujos coloridos contorneados y líneas curvas con un toque surrealista, dan paso a un vino tradicional de gran potencial,

Gavi Etticheta Nera (2016) de la vieja viña que rodea la casa en Roveretto de terreno arcilloso y pétreo con una exposición de 360º al sol. La tradición y la tierra se funden en la personalidad de este vino. Amarillo pajizo, aromas a hierba recién cortada, fruta de hueso, nísperos. Suave y fresco en boca, mineral, recuerdos a hierbas aromáticas. Es un vino blanco de gran potencial que realiza la fermentación maloláctica y envejece en barricas de acacia de 500 l. que le hacen más redondo.

En Il Poggio podemos también degustar el espumoso según el método champenoise. La variedad cortese se utiliza en la elaboración de estos espumosos de distintas añadas, con levaduras propias. Maduran 48, hasta 55 meses, es el caso del Gavi di Gavi 2013, reposa en la bodega de ladrillo sin prisa, (la regulación exige un mínimo de 18 meses). Burbuja fina y sutil que resalta la fragancia de la fruta blanca, pomelo, manzana. Largo en boca, suave, cremoso, especiado.

Francesca Poggio Metodo Classico Gavi, la productora le da nombre a este espumoso de método tradicional: “El año pasado al descorcharlo…azafrán.”

Pequeñas bodegas y agroturismo se alternan en estas bellas colinas con las grandes productoras como el caso de La Scolca, 50 hectáreas de terreno de biodiversidad perteneciente a la familia Soldati, dedicadas en su mayor parte a la uva cortese. Da mucho trabajo pero «envejece bien, con levaduras propias», nos dice la guía entre los depósitos de acero inoxidable, 6, 7 meses, ¡hasta 10 años! Desde la terraza admiramos los viñedos segmentados según la orientación, en cordón para su mejor manipulación incluso el uso de pequeños tractores, se reduce el número de yemas consiguiendo mayor calidad; la tierra arcillosa y calcárea junto a la humedad del aire otorgan esa característica salinidad al vino de Gavi.

CATA:

Villa Scolca. Amarillo pálido, aromas a flores blancas, gusto a pomelo, cítricos. Fresco de acidez persistente. Acompaña al aperitivo.

Gavi dei Gavi, amarilo pajizo, aromas florales, marcada acidez en boca. El 2007 fuera de la denominación, el color se torna dorado las notas a fruta dan paso a aromas más complejos y una gran profundidad.

Gavi, La Scolca. Color amarillo con ribetes dorados. Nos decantamos por las referencias con mayor envejecimiento, los aromas a fruta, albaricoque, cítricos. Muy fresco en boca, más equilibrado y complejo que los jóvenes.

Cata del Gavi en La Scolca, Piamonte (Italia)

Espumoso d’Antan, color amarillo dorado, se abre en la copa, burbuja muy fina. Amable, oleaginoso, retrogusto un punto dulce.

Destacamos otras bodegas de las veinte localidades ¡ Gavi bien merece otra visita !

Los veinte de Gavi (Italia)
  • Tenuta San Pietro
  • Villa Sparina
  • Tenuta La Giustiniana
  • Marchese Luca Spinola (…)

Marco de Jerez

Regiones

El Marco de Jerez: Jerez, El Puerto, Sanlúcar

Criaderas y Soleras en Sanlúcar

El Marco de Jerez: Jerez, El Puerto, Sanlúcar

Marco de Jerez.  Tierra bañada por el mar hoy sedimentos marinos cargados de historia. Vinos de origen centenario que los españoles supieron arrancar a esta tierra albariza de carbonato cálcico, arcilla y sílice, las raíces de las cepas Palomino fina, Moscatel y Pedro Ximénez, buscan metros abajo el agua retenida en el subsuelo, nos aseguran los locales con exagerada medida, lo cierto es que el sol calienta las colinas de viñedos durante 300 días al año en toda la comarca reconocida de producción: Jerez, Sanlúcar, El Puerto, Trebujena, Chiclana, Puerto Real, Rota, Chipiona y Lebrija.

Cepa de Palomino Fina en tierra albariza

Tres son las localidades de crianza donde se concentran las bodegas de gran tradición en la elaboración del Fino y la Manzanilla preservados del oxígeno bajo el velo de flor: Jerez de la Frontera, El Puerto de Santamaría y Sanlúcar de Barrameda. Nos remontamos a épocas del Imperio Romano cuando se hacían transportar vino y aceite de Hispania en tinajas y serias. Sin embargo el nombre de Jerez “Seris” «Sherish», se remonta a la época de dominación árabe, con la Reconquista y cristianización desde Sevilla, pasó a denominarse Jerez de la Frontera, por la delimitación con el reino del islámico que iba perdiendo terreno y poder. Mezquitas hechas bodegas, ¡oh sacrilegio! Alfonso X el sabio llegó a tener viñas en la zona que potenció al igual que otros gremios, disciplinas y artes. Llegamos a la época del desarrollo de la navegación, España y Portugal compiten y se unen en la conquista del mundo. El “vino de viaje” va tomando nombre y color, imprescindible entre los pertrechos del inventario de las naos, fortificado con alcohol vínico se mezcla con agua y se raciona a la marinería en los viajes descubridores de Colón, durante las travesías se consumen primero aquellos de menor duración. La fama de los vinos españoles en general y los de Jerez en particular había trascendido hasta los paladares de la incipiente monarquía inglesa en la Edad Media,  los saqueos posteriores en tiempos del pirata Drake dan prueba de la existencia de botas, las barricas de vino jerezano, dentro de la carga de los navíos españoles. Partían y cargaban en el puerto de Sevilla hacia el Nuevo Mundo, vino en Sanlúcar y aguada en Tenerife para tomar los alisios hasta cabo San Agustín, Brasil… Y llegaron circunnavegar la tierra en 1519 con la expedición Magallanes–Elcano, tripulación en su mayoría andaluza sobre los españoles embarcados que también sumaban la mayor parte. En la bodega se repartía la carga junto a la harina, arroz, legumbres…120 barriles de agua, 110 de aceite, 60 botijas de vinagre, 82 pipas de vino… ¡imprescindible! No creemos que el vino atravesara el nuevo mar, el océano Pacífico cuando la escasez de víveres hizo que pereciera gran parte de los marineros, pero sí la botas de 30 arrobas, gruesas duelas y recubiertas de pintura negra en la nao Victoria, la comandada por Juan Sebastián Elcano desde las islas Molucas. Lejos de pretender hacer una apología de aquellas grandes gestas marinas, destacamos el interés que despiertan los ”vinos de ida y vuelta”.

Botas de Palo Cortado en el buque escuela Juan Sebastián Elcano

El envejecimiento acelerado de los vinos fortificados hizo cambiar el sistema de elaboración, los caldos “a la vuelta” –cuando regresaban–, la concentración por evaporación, el marear de los vinos y sobre todo la rápida oxidación de la que se preserva al vino tranquilo en su pacífica evolución en las bodegas tradicionales, hacía que resultaran más complejos, con elevado grado alcohólico y de acidez. Características por las que se decantan las costumbres inglesas, “los casacones” escribía Galdós en Trafalgar acerca de los marinos ingleses al “ponerse la casaca” y salir por los puertos. Hoy bien acogidos visitan las bodegas guiados por la sabiduría y humorismo local. Comerciantes ingleses, también flamencos, italianos llegaron a estas tierras con ánimo de lucro, el “vino ideal” se expande por Europa hasta nuestros días en un continuo mercadeo de la industria vinatera cosmopolita.

La Casa de Medina Sidonia con el puerto de Sanlúcar y la Casa de Medinaceli con el puerto de Santamaría cobraron fuerza en el mercadeo del vino jerezano, el monopolio de Sevilla decayó con el traslado de la Audiencia a la Casa de Contratación de Cádiz. En el siglo XVIII con el pleito de los extractores se abre la posibilidad de elaborar el vino según lo concebimos hoy, envejecido en barricas con distintas cosechas según el sistema de criaderas y soleras, la gran aportación de la enología jerezana. Se regularizó la fortificación de los vinos de forma estable lo cual dio lugar a gran diversidad de vinos. Los comerciantes ingleses se asientan en el Marco de Jerez, Osborne, Williams, Terry, y los acaudalados españoles vascos, Manuel de Goytia, Muriel, Goñi, Aizpitarte y Otaolaurruchi. Asimismo en esta época comenzaron su actividad los González (1835) y los Misa (1844), locales y venidos de otras regiones. Entrado el siglo XX se conforman las grandes bodegas que visitamos hoy día en las tres localidades. (Abajo relación de bodegas)

En 1933 constituyó y dio rango legal al Consejo Regulador de la denominación de origen Jerez-Xérès-Sherry, su antecedente data de 1483 cuando se promulgaron las «Ordenanzas del Gremio de la Pasa y la Vendimia de Jerez», primer reglamento que reguló: la vendimia, las características de las botas (barricas), el sistema de crianza y el comercio.

Tres son las variedades de las D.O.:  «Jerez-Xérès-Sherry» y «Manzanilla – Sanlúcar de Barrameda»

               Palomino Fina: uva autóctona de la zona por su antigüedad, la limpidez en aromas permite revelar una amplia gama de matices.

               Moscatel: uva de origen africano, se desarrolla mejor a orillas del mar. Apta para la elaboración de Vinos dulces por su alto contenido de azúcar.

PX pasificación al sol

               Pedro Ximénez: blanca, jugosa y dulce, de grano amarillo dorado. Se elabora el vino dulce PX de uva pasificada, secada al sol.

Visitamos varias bodegas reconocidas de enormes construcciones típicas en la zona, tejados altísimos soportados por robustos pilares y arquerías, albergan las viejas botas en su interior asentadas en tres o cuatro hileras superpuestas, la madera de gruesas duelas aguanta el peso hasta cinco hileras, pero ¡ojo! El Sistema de Criaderas y Soleras debe mantener una temperatura constante –de 12º en invierno y 22º en verano–, el aire circula en las amplias naves gracias a los grandes ventanales. En Barbadillo, Sanlúcar, la construcción data del 1876, a escasos metros del mar corre la brisa humedecida de las marismas de Doñana, esta es una de las claves de la salinidad de la Manzanilla, el resultado: la suavidad en la copa. El suelo de albero amarillo hace resaltar el negro de los toneles de 600l, 500 litros ó 30 arrobas que es la medida de las viejas botas. Los cambios en la bodega son paulatinos para que el Velo de Flor no sufra. Esta capa formada por levaduras autóctonas del tipo Saccharomyces, protege al vino de la oxidación dentro de cada bota, el vino almacenado deja una cámara de 1/6 de aire y evoluciona protegido por la flor durante al menos dos años en un proceso dinámico de trasiegos entre las botas superiores, las criaderas, hacia las hileras inferiores, sucesivamente hasta las “soleras” que son las botas que levantan unos centímetros del suelo albero.

Botas de 600 litros

Las mangueras accionadas con bombas extraen 1/3 del vino de estas soleras transcurridos al menos 3 años para ser embotellado, se rellenan las botas con el vino de la bota superior, por los “salideros”, hasta la última de la hilera superior, que se rellena con el vino de la cosecha del año. Antiguamente se utilizaban “canoas” especie de cajones de madera para extraer el vino sin dañar la flor.

Velo de Flor, expositor bota 50 arrobas

De esta forma, los vinos de Xérès no tienen añadas sino tiempos, 3, 12, 30 años, en un mismo vino se pueden encontrar cien cosechas. Es en los primeros meses, con el velo de flor presente protegiendo al vino de la oxidación y transformando con sutileza sus características primitivas, cuando se clasifican y se marcan con tiza blanca las clásicas «palmas», para indicar el grado de finura que va adquiriendo el vino. Son claramente vinos destinados a su crianza bajo velo de flor, en los que se habrá mantenido e incluso aumentado la palidez inicial y que comienzan ya a mostrar las características notas punzantes.

Al término de la fase de sobretabla, los catadores introducen la venencia con habilidad sin dañar el velo en la bota, la existencia de determinadas características muy específicas en algunas de las botas en las que se ha mantenido el velo de flor, determinará su clasificación como potenciales Olorosos, Palos Cortados, en las botas se marca con tiza una O, o bien una raya horizontal que corta el «palo» original.

Este constante proceso de mezcla hace de los Finos (Jerez, El Puerto) y Manzanillas (Sanlúcar) unos vinos únicos, de fermentación biológica. La uva palomino fina se prensa suave y se obtiene la yema, el mejor mosto al cual se le añade alcohol hasta 15%, la crianza bajo el manto de levaduras, le confiere el tono pálido tan característico, de sabor seco y almendrado, más punzante en el Fino, más suave en la Manzanilla. Combinan a la perfección con pescados, adobos, marinados, escabeches. El fino con aceitunas, la manzanilla, con el adobo y ambos maridan en esta alegre comarca junto a una tapa de jamón, a gusto de cada cual y según nos encontremos en una u otra localidad.

Oloroso: vino de crianza oxidativa en contacto con el aire, se encabeza con alcohol vínico hasta al menos los 17%, en su envejecimiento puede alcanzar los 20%, tiene un tono oscuro, color caoba, aromas a piel de naranja, frutos secos. Complejo al paladar, potente y largo. Maridaje con guisos de carne, carrilleras, rabo de toro.

Amotillado: de crianza mixta, primero biológica seguida de la oxidativa, desarrolla un tono ámbar, aromas de plantas aromáticas, secos y estructurados en boca, elegante. Marida con verduras, setas, quesos azules, atún rojo. Alcohol: entre 16% y 22%

Palo Cortado: vino procedente del mosto de palomino, muy fino, inicialmente fortificado a 15% y se identifica con un «palo» o raya oblicua en la bota. El bodeguero califica cada bota según la capacidad y evolución. El vino se vuelve a «encabezar» por encima de los 17% vol. reconduciéndose así hacia un proceso de crianza oxidativa. Marida con quesos curados, embutidos de intenso sabor.

Pedro Ximénez: La principal característica de este vino dulce es que emplea únicamente uva pasificada de la variedad PX. Se solea en el campo aumentando su contenido de azúcar, parte de la cual se transforma, no obstante en alcohol, de 15% a 22% vol. De color caoba intenso, denso en el catavinos, aromas a miel, fruta confitada, de entrada fácil, sabor agradable dulce, persistencia en boca con un punto característico de acidez. Muy apreciado en repostería. Marida con dulces y postres locales, tocino de cielo, alfajores, helados y quesos azules.

Cream: semi-dulce, la mezcla del dulzor del PX con el palomino seco, a mayor porcentaje de Pedrojiménez más dulce. Existen las variantes del Medium y Pale Cream, mezclas de vino seco con vino dulce (Moscatel, PX). El grado alcohólico oscila entre 15,5% y 22%, nos aseguran los locales que de niños lo tomaban. ¿Con la merienda o para desayunar?

Fino, Manzanilla, Palo cortado, Oloroso, Amontillado

Dentro del municipio de Jerez nos topamos en grandes letras y carteles reconocibles los cascos de las bodegas. De izquierda a derecha avanzamos hacia la Catedral: William & Humbert, Fundador, Tío Pepe, hacia la plaza del mercado, el palacio Riquelme, bodegas Tradición, Urium. Pasada la muralla, Almocadén, Fernando de Castilla, Sánchez Romate, y antes de llegar a la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, la  bodega Sandeman. Cerca del Palacio Domecq la «Casa del Jerez» nos descubre vinos de la tierra, referencias de nuevas pequeñas bodegas llenan estanterías junto a los vinos generosos y brandies del Marco de Jerez. Cerca de la Plaza del Arenal, bodegas Díez Mérito, hacia la Coronación, Lustau, Harveys, Dios Baco. Precisamente en Díez Mérito, la bodega centenaria que suministraba vinos jerezanos al Rey Alfonso XII, realizamos la visita en un casco magnífico de estructura abovedada en el centro de Jerez. Degustación a medida, destaca el amontillado fino, y el licor de brandy.

Real Escuela Ecuestre, Jerez
Caballo PRE Español
Bodegas Tío Pepe

Jerez, El Puerto, Sanlúcar

El faro de Puerto Sherry

En el mismo casco antiguo las plazoletas y calles ofrecen tapas y raciones a partir de mediodía. Fritura de pescado, acedías, choco, carne guisada, marisco según el local. Nos dirigimos al Puerto de Santamaría frente al mar, allí podemos degustar pescados y mariscos muy frescos, las terrazas de la playa de Valdelagrana se llenan en las comidas. Bello atardecer en Puerto Sherry, junto a la playa de la Muralla, recorremos el paseo hacia el faro, locales más modernos sirven cafés o una copa con la puesta de sol. En las inmediaciones del castillo de San Marcos a orillas del río Guadalete, encontramos las bodegas Osborne, Caballero, Gutiérrez Colosía, de gran tradición.

En Sanlúcar de Barrameda, las aguas del Guadalquivir confluyen con el mar, y el viento húmedo proveniente de las marismas formadas en Doñana, confieren los rasgos de la Manzanilla en las numerosos bodegas del barrio alto, antiguo barrio medieval. La Gitana, Barbadillo, La Cigarrera, Pedro Romero, Delgado Zuleta, Elías, Argüeso…difícil esquivar las grandes construcciones de gruesos muros y arcadas donde las botas guardan y preservan bajo el manto espeso de levaduras, un velo de flor más rico en esta zona de elaboración de vinos generosos, con el mosto de la uva palomino fino traída a finales de agosto desde los viñedos de tierra blanca albariza, se fermenta dando lugar al vino base, y se «encabeza» hasta los 15%. Esta es una de las diferencias con otras regiones vinícolas, la crianza en bodega se halla separada del campo a unos kilómetros hacia el interior. Destacamos la visita guiada en La Gitana con degustación de los cinco tipos de vino generoso, la manzanilla en rama y el vino envejecido 10 años directamente de la bota. Terminan con un PX y una tapita de queso de oveja en uno de los patios típicos. En Barbadillo la explicación gira entorno a la producción y elaboración en la bodega más grande de la zona. Destaca la manzanilla Solear en rama, sin clarificar ni filtrar; suave, almendrada, salina, una delicia.

Bodega La Gitana, patio con parra

En el Museo del Vino en las bodegas Barbadillo encontramos curiosidades e instrumentos de otras épocas, prensas de madera, embotelladoras manuales, venencias, aspillas medidoras del nivel del vino en la bota que en poco han variado, alfombras de esparto «redores» para solear los racimos de uva moscatel y Pedro Ximénez; por supuesto el barril de exposición que encontramos en toda bodega con visita orientada al enoturismo: la bota con el vidrio a través del cual observamos el velo de flor cubriendo cinco sextos de su capacidad. No faltan los detalles de folklore en imágenes con la feria de la vendimia y gitana vestida de faralaes, calesa y caballos con jaezales, imágenes y carteles de toros, folklore aplaudido por extranjeros y nostálgicos de la España de entonces, y se extiende en las tabernas con más solera, catavinos de 150ml servido muy frío «ahora empieza la de Sevilla».

Subimos caminando hacia el Castillo de Santiago, pasamos por el mercado de abastos con puestos de pescados, mariscos, embutidos, quesos y verduras locales. Al final de la cuestal el CIMA, Centro de Interpretación de la Manzanilla en las Covachas, galería porticada del siglo XV reformada en el interior. Historia, tradición, mapas, fotografías, conforman este espacio destinado a difundir y explicar el vino, su crianza, los oficios, los paisajes, la arquitectura bodeguera.

Plaza del Cabildo, Sanlúcar

Las visitas son continuas y el turista enólogo prolonga su aprendizaje en las innumerables tabernas de la plaza del Cabildo y la plaza de San Roque, desde la hora del aperitivo siguiendo el horario español hasta las cuatro y por la tarde desde las ocho hasta media noche. Elegimos Barbiana, renovado y limpio, por sus tapas y raciones servidas con alegría por la cuadrilla de atentos camareros, las frías, papas con melva, pulpo aliñado, huevas, langostinos, las frituras de choco, chipirones, calamares, los quesos en aceite, los ibéricos. Destaca la tortilla de camarones recién hecha y escurrida. En la terraza de El Costurero se sirven también pequeñas tapas de ensaladilla, salpicón, montaditos de jabugo, siempre sabroso con un corte algo grueso. Las zamburiñas con aliño muy sabrosas, del tamaño de vieira, aquí se baña todo con aceite. Se agrdece la atención y el buen servicio. Casa Balbino, taberna Cabildo…La Manzanilla de las distintas bodegas es el maridaje perfecto, en sus distintas vertientes: en rama, sin clarificar, buscamos la autenticidad, muy fresca y aromática, o la “pasada” con un toque amontillado oxidativo. En las mesas se suele ver mucha cerveza de barril y el vino blanco palomino más común ligero y de baja acidez, fácil entrada y escasa persistencia. En la zona de la playa de blanca arena fina y agua turbia salobre Bajo de Guía nos asomamos a la desembocadura del Guadalquivir y desde los restaurantes clásicos a pie de playa frente al embarcadero, avistamos entre el tumulto de las numerosas raciones de pescado, el parque de Doñana. Restaurantes y marisquerías conocidísimas El Bigote, La Lonja, Joselito Huerta, Mirador de Doñana, la Bodeguita… el lleno a mediodía está casi garantizado, no queremos imaginar en pleno verano el ajetreo que se forma. La materia prima soberbia, los precios suben con el peso del langostino y la gamba, pero hay que probarlo. El centro de Visitantes en la antigua Fábrica de Hielo nos sorprende con las fotos y explicaciones sobre esta reserva natural de flora y fauna protegidas. Buenas las vistas desde el mirador, otros locales de copas enfrente del pequeño Club Náutico.

Jerez de la Frontera:

Almocadén

Álvaro Domecq S.L.

Destiladores y bodegueros, S.L.

Dios Baco S.L.

El Maestro Sierra

Emilio Lustau, S.L.

Faustino González S.L.

Fundador Pedro Domeq

González-Byass Jerez, S.L.

Bodegas Hidalgo

José Estévez S.A.

Luis Caballero S.A.

Manuel Aragón Baizán S.L.

Osborne S.A.

Páez Morilla Hnos. S.A.

Real Tesoro y Valdespino

Rey Fernando de Castilla S.L

Sánchez Romate Hnos. S.A.

Sandeman

William & Humbert

Sanlúcar de Barrameda:

Barbadillo

Argüeso

Hidalgo la Gitana

La Cigarrera

La Gabriela

Bodegas Baron

Grupo Estevez. Bodega La Guita

Bodegas Caydsa

Elías González

Juan Piñero, S.L.

Carbajo Ruiz S.L.

Portales Pérez

Carbajo Ruiz S L

Yuste

Delgado Zuleta

El Puerto de Santamaría:

Caballero

Osborne

Destilerías Pico S. L.

Bodegas Jurado Grupo A. Terry

Bodegas O´Farrell Grupo A. Terry

Bodegas R.F. Cárdenas

El Cortijo

Luis Caballero

Fuera del Marco de Jerez:

César Luis Florido Romero (Chipiona)

Comercializadora Productos del Guiso (Proguiso S.L.) (Algete, Madrid)

Bodegas

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El viaje: Las Langas

El viaje: Las Langas

Las Langas, esa región del Piamonte italiano conocida a nivel mundial tan a desmano de toda ruta. Llegar desde la Liguria es toda una aventura incluso por la autopista cuya salida termina en espectáculo, las verdes montañas aterrizan en la extensa llanura de siembra, los Alpes nevados nos ubican, estamos al Norte de Italia. Las Langas fue declarada Patrimonio de la Unesco en 2014 por su belleza paisajística natural. Nos aproximaos a Alba, una encantadora localidad cuya comarca la rodean colinas de viñedos. En ocasiones el desnivel obliga al viticultor a plantar en amplias terrazas aprovechando el terreno. Al sur, sur-oeste la uva nebbiolo crece en zona privilegiada del viñedo, la primera en brotar y la última en ser recogida, los caldos poseen un alto potencial de taninos que la hacen muy apta para su envejecimiento, la barbera vigorosa ampliamente cultivada resiste la climatología hasta la vendimia a finales de septiembre, después de la dolcetto, otra variedad autóctona de más baja acidez y vinos aterciopelados con alto grado de alcohol.

La primavera calienta las yemas de incipiente fruto, el frescor del aire nos devuelve al frío invierno, estamos a 300 metros de altitud, en  tierra calcárea y arcillosa donde crecen vigorosas las cepas de estas variedades, más de 48 mil hectáreas repartidas a lo largo del río Tánaro, en su margen izquierdo, las variedades de tintos mencionadas, en el margen derecho más al norte se cultiva la arneis, una variedad local delicada, de baja acidez y poco rendimiento que sin embargo ha sido recuperada recientemente produciendo vinos blancos perfumados con ligera aguja, en su paso por la madera con más cuerpo y múltiples aromas florales.

Los Vinos DOCG: El Barolo es un vino rico en taninos y permanece al menos tres años en barrica, según regulación, y da lugar a grandes vinos más suaves, estructurados, con un mínimo de 13% de alcohol, el Barbaresco es de una zona algo más rica en nutrientes, debe contar con 12% y envejece en barricas por los menos 2 años. Los monovarietales de barbera, envejecen al menos un año, en el caso de los calificados como Superiore, desde el 1 de septiembre del año sucesivo a la vendimia.

Recorremos la comarca hacia Barolo, objetivo de todo gourmetista de a pie especializado en vino muy en auge y que sin embargo escasea en estos tiempos de pandemia , 40 mil turistas al año pasaban por esta comarca. Apenas hace dos días que abrieron la frontera entre regiones con restricciones, no obstante, muchas bodegas nos abren las puertas deseosas de reiniciar las relaciones comerciales. Este es un año difícil, la hostelería en Italia cerró sus puertas hasta mitad de mayo limitando el consumo al espacio abierto. El bodeguero guarda los vinos en espera de la recuperación del mercado, pero se siente afortunado, reparte su tiempo entre la elaboración y envejecimiento en barricas de roble y el quehacer incansable en el campo, estación de poda, cepas de varias yemas y un espolón verán crecer en lo alto las verdes hojas que protegen el racimo. Las vides dispuestas en perfectas hileras en espaldera despistan al viajero que recorre carreteras serpenteantes, bodegas esparcidas asoman entre las colinas, tradición y tecnología. Una imagen nos hace detener, la construcción de diseño vanguardista contrasta con el campo abierto, limpio, de tierra blanquecina con sedimentos milenarios del mar. Llama la atención la ausencia casi total de ganado.

L’Astemia pentita, Barolo

La bodega Barale Fratelli se encuentra a la entrada de Barolo

Una empresa familiar de 150 años de tradición, produce 80 mil botellas anuales con 13 hectáreas de viñas orientadas al este y sud-oeste. Descubrimos el escudo y las letras historiadas –que por cierto nos recuerdan al un gran vino riojano Castillo de YGAY–, en la fachada de una casa pintoresca de dos plantas en este pueblo encantador. El patio de entrada conduce a estancias de historia al fondo los toneles grandes de 300 hl. Para el Barolo y el Barbaresco, toneaux de roble francés para la vinificación de la barbera d’Alba y el nebbiolo, y barricas pequeñas para su crianza. Los depósitos de cemento están destinados a la conservación, la temperatura se mantiene todo el año a 13º-18ºC. Existen otras variedades que han poblado esta comarca más recientemente, hace medio siglo, la Chardonnay, Pinaud noir… en Bussia cuentan con el permiso de estas variedades por su tradición. Viña biologica, término utilizado en Italia para designar la producción ecológica, por el tratamiento natural con respeto al medio ambiente y los productos utilizados, levaduras naturales. En algunos casos la vinificación es también “in nature” siguiendo un protocolo más rígido y selección de las uvas.

CATA:

Barbera d’Alba 2019: 1 semana de maceración y un año de afinamiento en toneaux

Amplia acidez y astringencia propias de la variedad, vino joven seco, de 14%. Buena relación calidad/precio.

Barolo 2015 son vinos más caros destinados a envejecer, vinos que requieren mayor esfuerzo, mano de obra y tiempo. El mosto se prueba, aparte se realizan los análisis.

Barolo Cannubi 2011, 2015

La vinificación se inicia con una la separación de los hollejos y fermentación estática en roble con las levaduras propias seleccionadas. Maceración durante 30 días con remontados de los hollejos.

Color rojo granate con ribetes anaranjados. Aromas balsámicos y notas de fruta roja madura y violeta. En boca resulta seco, potente y aterciopelado. Sabores a fruta madura y retrogusto de agradable dulzor.

Barolo Bussia 2009. En Bussia, los viñedos de nebbiolo están situados en un valle y gozan de un microclima cálido ideal para la producción de Barolo. La recogida se hace a mano, el enólogo hace la selección desechando los granos deteriorados. Este cru se destina al Barolo, a los vinos ecológicos, contienen 50grs de sulfitos.

Vinificación similar con prensa suave, le sigue una maceración de 30 días con remontados periódicos. Color granate intenso, notas balsámicas, más estructurado de sabor intenso a frutas maduras.

En el Barbaresco de largo envejecimiento, la maceración se realiza a 30ºC durante veinte días favoreciendo la extracción de taninos suavizados en roble francés, al menos 2 años en el caso del barbaresco, destinados a evolucionar durante décadas, evolucionan y conservan los aromas de la tierra.

L’acino, Ceretto

Ceretto en Cannubi a pocos kilómetros una gran finca decimonónica, comenzó la producción de vinos en 1930 de la mano del patriarca Riccardo Ceretto. A día de hoy, la tercera generación de cuatro hermanos propietarios se reparten el trabajo: de elaboración, comercial, administrativo y artístico. En 2008 se produjeron vinos ecológicos y en el 2009 realizaron obras de ampliación.

Las modernas instalaciones de interiorismo de diseño nos llevan de una amplia recepción al “acino” una enorme burbuja en suspensión sobre los viñedos fabricada en

materiales blandos que asemejan un “grano” de uva. Admiramos las vistas desde lo alto, viñedos de Barolo y Barbaresco. Acompañados por una profesional parte del equipo comercial, nos adentramos en la bodega, una gran ánfora de terracota junto a los grandes depósitos de acero inoxidable nos llena de curiosidad. Se trata de un experimento que ya hemos observado en otras regiones, utilizar cerámica, controlar la variación de la temperatura y los niveles de humedad.

Barolo: grandes toneles de roble de Eslavonia de 300 l. 4 años de envejecimiento, al menos 32 meses en barricas de roble.

El personal desfila en uniforme atendiendo a las visitas, desde una sala con vistas a los viñedos de Monsordo Bernardina comenzamos la

CATA:

Arneis, la variedad de uva blanca recuperada recientemente. Vino joven de 13% de alcohol y ligera efervescencia. Vinificación en autoclave de acero inoxidable con válvulas que controlan la presión de forma controlada.  En las primeras añadas se buscó potenciar el frescor en boca, con las burbujas se aumenta su percepción. Color pálido, amarillo pajizo, aromas florales, melocotón.  Resulta fresco, ligero, de fácil entrada y efervescencia sutil. Ideal para el aperitivo, tiene un mercado en alza a pesar de su elevado precio.

Dolcetto 2019 Vino con tradición, de la tierra. Posee un gran cuerpo, marcada acidez y pungencia que invita a acompañar platos de carne, guisos, quesos y embutidos. Color rojo rubí, con aromas a frutos rojos, ciruela. Equilibrado con una leve acidez. Largo en boca, suave entrada y feliz persistencia de taninos amables.

Continuamos nuestra cata servida de las botellas con el Coravin en las grandes copas de fino vidrio los mono-varietales, un particularidad muy característica en la elaboración de vinos italianos.

Nebbiolo d’Alba 100% un vino más fino y elegante. El “pequeño Barolo” dicen por estas tierras. Color rosáceo, violeta, aromas a frambuesa, frutas de bosque. Envolvente, algo seco. Grado alcohólico 14%. Acompaña a los productos de la tierra, la trufa, las setas, el “crudo” y especias; para disfrutar en cualquier ocasión.

Barolo 2016  Clásica añada “excelente”. Color granate con reflejos anaranjados, aromas a frambuesa, frutos rojos frescos. En boca más intenso, confitura. Crianza mínima de 1 año en barrica pequeña, 2 en grande. Es un vino de gran potencial, los taninos más punzantes se atenúan en la barrica cuya evolución lo hace más complejo y estructurado.

Barbaresco 2017 una añada calurosa, 100% nebbiolo.13,5% de  alcohol. Vinificación: de 3 a 9 meses, crianza de un año en barrica grande y un año en pequeña –al menos dos años el barbaresco–. La “reina del nebbiolo”, más fina y suave. Mezcla de distintos viñedos. Tonos granates, armónico en nariz, paso elegante y largo en boca.

El Barolo proviene de la cosecha de uno o diversos viñedos de la nebbiolo: Barolo Cannubi, B. Bussia, B. Pravò… el “Classico” del asamblaje de varios terroirs.

La empresa cuenta con otros viñedos en Las Langas, también DOCG como el Moscato d’Asti, con una versión spumante.

Cantina Fratelli Serio & Battista Borgogno

“Una collina, i suoi vigneti, il profumo inebriante del vino, il suo colore.”

Desde 1897 la familia elabora vino de la tierra en una pequeña finca de tres viñedos del tamaño de una hectárea. La empinada carretera nos obliga a hacer maniobra para acceder bordeando la hilera más próxima hasta la entrada de la bodega. Se trata de Cannubi a 280 metros de altitud, la colina de arena, arcilla y limo está protegida del viento. Marco me muestra la vid en espaldera, “se utiliza la madera de sauce para atarlas en guyot. Mientras realiza la poda verde, su sobrina Federica, la quinta generación, realiza la visita en el interior, sólo grandes cubas de roble de Eslavonia, bastante común por esta zona, 50 hectólitros, la fermentación de 6 a 30 días, porque “cada vino tiene su edad”. Tomamos como ejemplo una gran añada del Barolo, se embotellan el verano la cosecha del 2016, “está toda vendida” en su lugar descorcha la del 2017

Cata en Fratelli Serio & Battista Borgogno

Barolo de Cannubi 2017: en la vendimia se selecciona uva de las tres viñas y se fermentan por separado, fermentación que dura 30 días con remontados frecuentes, la maloláctica en acero inoxidable; después permanece 39 meses de crianza en roble, –el Riserva se afina durante 5 años— Los reflejos anaranjados se acentúan con las añadas del 2015 y 2013 notamos el glicerol en la copa, vamos acercándonos a un vino más equilibrado y redondo.

Aunque no cuentan con el Certificado Biológico, se respeta la naturaleza, el agrónomo está en el viñedo y aseguran, no se añaden productos químicos. Cuentan con uena relación calidad/precio.

Se produce también Barbera superiore, de 14% de alcohol, el joven algo áspero, el 2017 permanece 24 meses en tinajas de roble de 40 hectólitros, más redondo, encuentra su equilibrio en botella seis meses antes de salir al mercado 8como el resto de los vinos de crianza) y en el viñedo nuevo se gesta la nebbiolo destinada al Langhe nebbiolo, un vino más fino, elegante.

«el vino de los reyes, el rey de los vinos«

Regresamos a Barolo, encantadora localidad de menos de 700 habitantes, hoy las carreteras casi desiertas, se pueden ver viñedos por doquier que circundan este bello pueblo, la cuesta hacia la izquierda me lleva hacia la viña de Marchesi di Barolo más cercana a la bodega, recorrer a pie subiendo y bajando las calles, detenernos en las enotecas y almorzar en uno de los restaurantes al aperto resulta una delicia en un día soleado primaveral. Bodegas bajo el castillo construido como fuerte en el siglo X y habitado por los marqueses Falletti durante generaciones. Carlo Tancredi y Juliette Colbert se trasladaron en el siglo XIX, ella venida de la corte de Louis XVI, él marqués de Turín. Transportaban el vino en carrà, las barricas alargadas y aplanadas destinadas al consumo privado del rey Carlo Alberto di Savoia, 325 carrà, una por cada día del año exceptuando los días de cuaresma. Pero esta es otra historia como tantas en esta comarca llena de leyenda; despierta interés la estabilidad del vino de Barolo que con tan escasos medios se transportaba por Europa sin sufrir importantes alteraciones. Los amantes de la historia novelada y la leyenda pueden disfrutar de la visita guiada entre vitrinas de objetos personales y de la producción del vino en el Piamonte. También visitar el castillo fortificado que otorga aún mayor atractivo al pueblo piamontés, sede del museo del vino. En la bodega, Palacio «Cascina Pillone», joyas, libros, instrumentos, y sobre todo barriles y botellas centenarias. Las 5 barricas de la marquesa han sido forradas literalmente de acero para preservar el legado histórico. La enoteca rezuma historia, botellas de 30, 40, 50 años, las viejas etiquetas dan prueba de ello sin embargo, cada 30 años se realiza un trasvase en ausencia de oxígeno para preservar tan preciado elixir. Desde el siglo pasado la familia Abbona al servicio de esta heredad comenzó la elaboración de los vinos que hoy se sirven en los restaurantes más prestigiosos en Italia, se dan a conocer como tantos otros en sus envíos por todo el mundo. Un millón y medio de botellas al año de las variedades autóctonas e internacionales.

La estabilidad del Barolo, una carrà

Barolo del municipio de Barolo, variedad nebbiolo 100% exclusivamente de los viñedos de este municipio de tierra calcárea y arcillosa con sedimentos de limo que le otorgan esa característica de riqueza aromática. Once municipios pertenecen a esta denominación de las consideradas más antiguas del planeta, una de las Langas junto a Barbaresco, Alba… en el Piamonte italiano. Langhe, del Roero y del Monferrato, fueron nombradas Patrimonio de la Humanidad en 2014

Terraza en Marchesi di Barolo

La visita comienza en el patio antigua entrada de caruajes cubierto por una gran carpa para proteger la uva en su entrada en bodega. Valentina, la quinta generación de esta empresa familiar, nos descubre la panorámica desde la terraza abalaustrada, el castillo de piedra y el verdor de los viñedos en la colina de Barolo y describe sus vinos: En el interior aguarda el vino en las barricas de roble para después evolucionar en grandes cubas de roble de Eslavonia durante 6 años, un crisol de matices aromáticos comienza a manifestarse hasta alcanzar la madurez y el equilibrio del vino. Hasta 30 años permanece estable, silencioso…vivo.

CATA:

Barolo di Barolo, (2015) , racimos de diversas viñas cuya vinificación se realiza por separado. Conserva la etiqueta clásica 1800 y el castillo. Color granate con tonos rubí, aromas intensos a rosa, especias, ajenjo, canela. Suaves taninos por su evolución en madera le otorgan la redondez y elegancia de un gran vino sin perder la profundidad del terroir. El Riserva (2012) más intenso y elegante, también envejece en grandes cubas de roble, la vinificación de diversas viñas se realiza por separado y terminan la crianza en barricas de tueste medio que le otorgan notas de vainilla. Cierra con un final largo y persistente.

Barbera Peigaral (2018) la viña se encuentra enfrente de la bodega de terreno más compacto, es un vino sencillo muy representativo de la variedad barbera. Color violeta intenso, aromas a frutos del bosque, cerezas. Marcados taninos y agradable acidez, en su paso por boca notamos la astringencia característica de esta variedad sin perder la finura.

El patio adornado con plantas, barriles y vestido con sencillas mesas, sillas acolchadas y atendido por el equipo de jóvenes con una amplia formación, es el marco ideal para degustar la gama de vinos varietales y nuevos coupages que abren la cata, como el Bric Amel, un vino joven y fresco a base de arneis, chardonnay y una porcentual de sauvignon blanc, 12,5% vol., muy del gusto del mercado actual. Prensado suave, realiza la fermentación alcohólica en acero donde permanece durante unos meses. amarillo pálido, múltiples aromas ligeramente afrutado, melocotón, almendra fresca, final seco. Ideal para el aperitivo italiano, gente joven se anima a beber vino con estas mezclas de sabor, aroma, más aún, el Moscato d’Asti, Zagara con tan sólo 5% de alcohol y un toque de efervescencia refresca la boca con el suave perfume del azahar. Dolce ma non troppo, 13grs/litro. Un final de comida o aperitivo perfectos en una tarde estival.

La bodega cuenta con referencias varietales mencionadas, las históricas del lugar en su versión bio, sin añadidos químicos.

Cata en Marchesi di Barolo
…y el viaje continúa en el Piamonte hacia Nizza, y nos detenemos en la Cantina Sociale Barberà Sei Castelli. Próxima parada Gavi

Gavi, la vinificación de la cortese

Bodega del mes

«el vino de los reyes, el rey de los vinos«

Regresamos a Barolo, encantadora localidad de menos de 700 habitantes, hoy las carreteras casi desiertas, se pueden ver viñedos por doquier que circundan este bello pueblo, la cuesta hacia la izquierda me lleva hacia la viña de Marchesi di Barolo más cercana a la bodega, recorrer a pie subiendo y bajando las calles, detenernos en las enotecas y almorzar en uno de los restaurantes al aperto resulta una delicia en la primavera. Bodegas bajo el castillo construido como fuerte en el siglo X y habitado por los marqueses Falletti, Carlo Tancredi y Juliette Colbert en el siglo XIX, ella venida de la corte de Louis XVI, él marqués de Turín. Transportaban el vino en carrà, las barricas alargadas y aplanadas destinadas al consumo privado del rey Carlo Alberto di Savoia, 325 carrà, una por cada día del año exceptuando los días de cuaresma. Pero esta es otra historia, llama la atención la estabilidad del vino de Barolo en aquellos tiempos con tan escasos medios. Los amantes de la historia novelada y la leyenda pueden disfrutar de la visita guiada entre vitrinas de objetos personales y de la producción del vino en el Piamonte. También visitar el castillo fortificado que da aun mayor atractivo al pueblo piamontés, sede del museo del vino. En la bodega, joyas, libros, instrumentos, y sobre todo barriles y botellas centenarias. En la bodega Palacio «Cascina Pillone» las 5 barricas de la marquesa han sido forradas literalmente de acero. La enoteca rezuma historia, botellas de 30, 40, 50 años, las viejas etiquetas dan prueba de ello sin embargo, cada 30 años se realiza un trasvase en ausencia de oxígeno para preservar tan preciado elixir. Desde el siglo pasado la familia Abbona al servicio de esta heredad comenzó la elaboración de los vinos que hoy se sirven en los restaurantes más prestigiosos en Italia, se dan a conocer como tantos otros en sus envíos por todo el mundo. Un millón y medio de botellas al año de las variedades autóctonas e internacionales.

La estabilidad del Barolo

Barolo del municipio de Barolo, variedad nebbiolo exclusivamente de los viñedos de este municipio de tierra calcárea y arcillosa con sedimentos de limo que le otorgan esa característica de riqueza aromática. Once municipios pertenecen a esta denominación de las consideradas más antiguas del planeta, una de las Langas junto a Barbaresco, Alba… en el Piamonte italiano. Langhe, del Roero y del Monferrato, fueron nombradas Patrimonio de la Humanidad en 2014

La visita comienza en el patio cubierto por una gran carpa siempre la uva en mente. Crianza en barricas de roble para después evolucionar en grandes cubas de roble de Eslavonia durante 6 años cuando alcanza la madurez y el equilibrio. Hasta 30 años permanece estable, silencioso…vivo.

CATA:

Barolo di Barolo, (2015) , racimos de diversas viñas, la vinificación se realiza por separado. Conserva la etiqueta clásica 1800 y el castillo, de cepas color granate con tonos rubí, aromas intensos a rosa, especias, ajenjo, canela. Suaves taninos por su evolución en madera le otorgan la redondez y elegancia de un gran vino sin perder la profundidad del terroir. El Riserva (2012) más intenso y elegante; también envejece en grandes cubas de roble, la vinificación de diversas viñas se realiza por separado y terminan la crianza en barricas medio tostadas que le otorgan notas de vainilla. Cierra con un final persistente.

Barbera Peigaral (2018) la viña se encuentra enfrente de la bodega de terreno más compacto, es un vino sencillo muy representativo de la variedad barbera. Color violeta intenso, aromas a frutos del bosque, cerezas. Marcados taninos y agradable acidez, en su paso por boca notamos la astringencia característica sin perder la finura.

El patio entrada de carruajes, es el marco ideal para degustar la gama de vinos varietales y nuevo coupages como el Bric Amel, un vino joven y fresco a base de arneis, chardonnay y una porcentual de sauvignon blanc. Muy del gusto del mercado actual. Prensado suave, realiza la fermentación alcohólica en acero donde permanece durante unos meses. Reflejos dorados, múltiples aromas ligeramente afrutado, final seco, ideal para el aperitivo italiano, gente joven se anima a beber vino con estas mezclas de sabor, aroma, más aún, el Moscato d’Asti, con tan sólo 5% de alcohol y un toque de efervescencia refresca la boca con el suave perfume del azahar. Dolce ma non troppo 13grs/litro. Un final de comida o aperitivo perfectos en una tarde primaveral.

La bodega cuenta con referencias varietales mencionadas, las históricas del lugar en su versión bio, sin añadidos químicos.

Cata en Marchesi di Barolo

Hendaya-Irún-Hondarribi, la ría más Vasca

Puerto deportivo, Hendaya

Bahía de Txingudi, la ría más vasca

Nos encontramos en el Norte, en el confín con Francia en tierra fronteriza, la última estación de tren, Irún-Hedaya, Hendaye-Irun ¡Cuánto acierto en el nombe! Hermanas de frontera, un puente os separa, dos ciudades, dos naciones y un país. En tiempos de COVID se vuelve a dividir el mapa, la carretera en el puente de Santiago se ve interrumpida por una patrulla de la Gendarmerie en la calzada de entrada a Francia, ¡vaya! El certificado con la QR española no sirve, se puede intentar convencer a las autoridades con ruegos acompañados de sombrillas y gorros de paja, al fin y al cabo no buscamos refugio sino disfrutar la gran playa abierta al océano, Hendaya, tablas y surferos aparecen sobre la espuma, un deporte popular que anima al visitante a probar, las casetas ofrecen decenas de artilugios náuticos, alquiler y escuela para todos. Tres kilómetros de arena fina que se amplía en marea baja, pelota, palas, largos paseos desde el espigón del este hasta las rocas gemelas del oeste, y el pintoresco Castillo de la Abadía en lo alto preludio de otra tierra, el litoral recortado hacia San Juan de Luz, Bayona, Biarritz. Algunos optamos por la bicicleta, el bidegorri nace en Irún y se bifurca forzosamente en la desembocadura del río Bidasoa. Salimos del paseo de Colón cuesta abajo hacia Hendaya que alarga el carril-biciatravesando el puente, existe un ascensor que nos lleva directamente a la orilla del río, recorremos el carril-bici por las zonas verdes hasta el paseo marítimo, impresionante la panorámica del mar abierto en Hendaya, podemos continuar a dos ruedas de punta a punta. Hacia el otro lado del paseo, a menos de 5 kms, Hondarribi. A día de hoy las nuevas restricciones francesas disuaden al viajero de la degustación de los panini y goffres playeros, los restaurantes del paseo exigen el QR francés. Quizás de regreso, antes de volver a cruzar el río Bidasoa, el libre paso hacia España, el Hotel Santiago nos ofrece exquisitas tapas de coquillage y charcuterie, fantásticos los jugosos berberechos que se escapan de su concha regados con una copita de 0,01 de chardonnay. Cabe señalar el moderno establecimento dedicado al vino, la Maison Eguiazabal, la tradición de la cultura vinícola ofrece una amplia selección de referencias francesas por regiones y también destacadas bodegas españolas, productos delicatessen, bar degustación de excelentes vinos por copa y cervezas artesanas.

Restaurante Hotel Santiago, Hendaya
Poissonnerie à emporter, Hendaya
Poisson du jour

Tapas à partager, saumon
Coques frites grillés

Vinoteca Maison Eguiazabal

Hondarribi, antes Fuenterravía

Hondarribi, antes Fuenterravía

Hondarribi, antes Fuenterravía

La localidad pesquera nos sorprende de cerca, desde el otro lado de la bahía de Txingudi vemos el campanario de la iglesia de estilo gótico, un referente para navegantes. Al aproximarnos dejamos la zona rural por donde prosigue el Camino de Santiago, el monte Jaizkibel salpicado de caseríos en el interior. Nos alejamos de la muralla exterior y el baluarte de la reina, y nos adentramos a la antigua ciudad fortificada por la puerta de Santa María, del siglo XVI, con el escudo de la ciudad, las pintorescas calles empedradas con casas de balcones de hierro forjado, aleros, canecillos tallados, y escudos que basonan la Casa Consistorial, el Palacio de Casadevante, el Palacio Zuloaga, el Palacio Eguiluz (siglos XVII, XVIII). Sorprende la Plaza de Armas en lo alto, pequeñas casitas de colores reformadas albergan al turista al igual que el Castillo de Carlos V, hoy Parador. La sobria fortificación medieval cobra vida al asomarnos, amplios vanos con lámparas, almenas con blasones colgando, una escalera adosada al muro, nos deleitan al imaginar un telefilme de época.

Descendemos hacia el barrio de La Marina por las calles Santiago y San Pedro, parada obligada y objetivo del turista gastronómico. Las blancas fachadas de las antiguas casas de pescadores con floridos balcones pintados de colores vivos como aquellos de los pesqueros, iluminan las terrazas a viajeros y locales. Son las 11:55 y los chicos del Gran Sol se atan el mandil, pintxos sublimes despiertan el apetito del visitante desde el mediodía, una taberna clásica de barra y mesas de madera, informal, que sigue un riguroso protocolo no escrito para dar contento a todos. Txaca picado, tortilla amarilla con la cebola pochadita, boquerón blanquísimo, bolas de cane picante, una bandeja de cada para abrir boca; todo ello regado con Txacolí al gusto de cada cual, en copita o escanciado en vaso de sidra; desde la barra pedimos, abonamos y salimos a la terraza. El vino es ligero, frutal y muy fresco, tanto que repetimos, es tarde para la sidra que también marida de mañana. El atardecer da paso a caldos más estructurados, gustan los Rioja alavesa, con el foie perfecto equilibrio. Podemos volver a la fila ahora más larga, franceses y españoles alaban la oferta animados con la carta de pintxos todavía más elaborados, más premiados, entramos en materia. Los chicos de la taberna salen a tomar nota: «¿Foie sartén o frío?» Con reducción de piña, verduritas confitadas sobre cabello de ángel, impresionante, pelín dulce. Más tortilla casi cuajada por dentro, melosa y dulce, ahora de bacalao. Hablando de bacalao, ahumado con pimiento del piquillo, foie y dulce de melocotón sobre tosta, o lo que es lo mismo txigorki, toast, on toast.

Getariako Txakolina

Cuatro lenguas aúnan un sinfín de comensales, predominan los de la región, y eso que estamos en verano. Los pintxos continúan calle abajo, San Pedro, Santiago y adyacentes, precios de 2€ a 5€ que es poco que estamos comiendo sólido y bien, muy bien. Huímos de la hora punta hacia el muelle, el puerto deportivo ofrece multitud de propuestas, bajo las rocas dos buceadores mecidos por las olas se sumergen en este enclave tan propicio. El mar Cantábrico se abre al norte, en la punta el faro Figuer en lo alto de la colina, el carril termina pero nos atrevemos con la cuesta en bicicleta, unos metros más por senderos de monte, el castillo de San Telmo nos transporta a la ciudad sitiada objeto de asedios; hermosas vistas del ancho mar, desde esta ribera española, vislumbramos la otra punta francesa, las dos rocas de Hendaya, cerramos bahía y capítulo.