El Priorato, territorio pizarra

El Priorato en invierno

D.O.Q. PRIORAT

Vastas llanuras dan paso al frondoso bosque bañado por el río Ebro. Dejamos atrás el árido paisaje y nos aproximamos con cautela abandonando la autopista, dibujando nuestro propio camino. Desde la Ribera del Ebro entramos por las colinas serpenteantes que desembocan en esta tierra de 2.000 hectáreas de viñedo, pobre en nutrientes orgánicos y rica en piedra pizarra, unas veces dispuesta en estratos socavados en el terreno, otras quebradiza y pulverizada. Estamos en el Priorato, el primer priorato de España nació de la orden cartujana allá por el año 1229 entre viñas y almendros. Todavía, en la zona del Lloar los árboles de efímera flor blanca, rosa, esconden la cepa en época de poda y en la primavera la vid gana protagonismo con todo su verdor. La comarca del interior  se encuentra a una altitud que oscila de 100 a 700 metros por los valles que atraviesa el río Siurena, con escasa pluviometría y temperaturas extremas del largo y cálido verano a la fría noche de la estación invernal.  Los empinados costers cada vez más pronunciados, obligan a realizar el cultivo de las vides en margès o terrazas de uno o dos metros que facilitan el trabajo, entramos en el vertiginoso mundo del cultivo heroico de montaña, en algunos casos reconocido. La estampa testifica, entre las pendientes de las colinas una mula trabaja por las líneas con el viticultor.

En Gratallops predomina la garnatxa, en Porrera la cariñena. Los viñedos se elevan a unos 300-400 metros y circundan este encantador pueblo empedrado de 200 habitantes. Las vistas son largas, espléndidas: una masía en lo alto junto a un patchwork de media hectárea. Otra moderna bodega asoma en el paisaje frío y agreste. Las nubes se disipan y el tenue sol invernal ilumina los bancales azulados, ocres… reflejos de alegría para el viticultor, es la roca pizarra, la llicorella.

114 bodegas se reparten entre los 9 municipios de nueve mil habitantes, vino se ha hecho siempre, y aún perduran las cepas centenarias, vides post-filoxera cargadas de mineralidad, de historia. Bien entrado el siglo XX los jóvenes emigraban a la ciudad mientras el campo se empobrecía y quedaba abandonado a su suerte… hasta los años ochenta cuando un reducido grupo de aventureros apasionados del vino llegaron atraídos por el terroir, un emprendimiento nada casual del denominado “grupo” de los cinco, los ocho:

Clos Mogador, Clos Dofi, Costers del Siurana, Clos Erasmus, Clos Martinet. Y siguieron Clos Basté Krug, Clos Setién, Clos Ballesteros… y con ellos trajeron su saber hacer y otras variedades internacionales: Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot. Introducidas las nuevas, se replantaron y recuperaron las viejas cepas locales, siempre dentro del privilegiado terruño de suelo pizarra, preservado de los vientos norteños por el Montsant. El resultado, vinos de alta calidad reconocidos en todo el mundo. Complejidad y personalidad. Sin duda, otra dimensión del vino de la tierra.

Este reconocimiento se afianza con la obtención de la Denominación de Origen Calificada en 2009, según la cual los vinos pasan por distintos controles a lo largo del proceso de elaboración para garantizar los niveles de calidad y cantidad, con la catalogación de los Nombres de la Tierra según la cual el lugar define al vino procedente de: una villa, un paraje, una viña, una viña singular. En la cúspide de esta clasificación piramidal encontramos los vinos de Gran Viña Clasificada, tierra privilegiada y elaboración magistral. En algunos casos procedentes de viñas viejas de más de 80 años, el diamante pulido.

El Consell Regulador es el encargado de llevar la trazabilidad desde su origen, para lo cual se han recogido los estudios de cada uno de los 459 parajes. Además de cumplir con los parámetros establecidos en cuanto a preservación, variedades, rendimiento, etc. El vino de las bodegas pasa por un análisis químico y una cata organoléptica de enólogos. La certificación asegura primero que el vino sea correcto y un elemento fundamental, que transmita las características del terruño, la singularidad del Priorato.

De esta forma la DOQ Priorat queda situada en lo alto del panorama vitivinícola internacional.

Gratallops desde la bodega Álvaro Palacios

En cualquier caso, todos los vinos que cumplen los parámetros de han de comercializarse embotellados y etiquetados con esta mención “Calificada”, D.O.Q. en catalán. Regulaciones aparte, la filosofía de las bodegas mantiene el nivel muy alto de forma generalizada en todo el Priorato, familias con la experiencia de la tradición y jóvenes con estudios especializados comparten un saber-hacer con una agricultura ecológica y una vuelta al origen, a la cepa, la gran protagonista.

La tendencia en la década de los años veinte del siglo XXI supone esa vuelta a las variedades autóctonas, garnacha y cariñena, en coupages o mono-varietales. Nuevos emprendedores la tercera ola en la región, jóvenes innovadores, viticultores y enólogos, con gran respeto por el medio ambiente, investigan nuevas técnicas de elaboración en las bodegas más prestigiosas y conforman la producción de la Denominación junto a algún capitalista apasionado por el vino en busca de prestigio.

Son ya tres las generaciones que han heredado la tradición de los monjes cartujanos en la producción de los vinos en el Priorato, delimitada y acotada por su propia orografía y el bosque, y que se extiende en los alrededores por la D.O. Montsant, una región en pleno auge y crecimiento.

Clos de L’Obac         La Tradición sabe esperar

Entrada a la bodega Clos de l’Obac

La bodega de la familia Pastrana-Jarque, se extiende hacia los valles del este, con los viejos viñedos de cepas de más de 50 años de garnacha, cariñena y los adquiridos de las variedades de Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot y Cariñena. Guillem Pastrana sabedor del tesoro que encierran los viñedos familiares ofrece al visitante un recorrido bello, difícil, bacheado, cargado de historia. Esfuerzo y trabajo esconden detrás de este paraje singular donde la pizarra llega a cubrir como un manto las cepas emergentes destinadas a producir jugosos racimos recogidos con mimo. Estamos en un viñedo de 400 años muy cultivado, las viejas cepas de cariñena alargan sus raíces en la árida tierra, una viña sin duda destinada a un gran vino. El productor escarba la tierra y deja volar de la mano la pizarra molida, debajo está la roca,la pizarra azul propia de Gratallops.

Cepas en vaso sobre tierra pizarra

Desde su entrada, la uva parece conocer su destino, botas y barricas de museo relucen en la bodega superando los estándares de calidad…estamos a 14ºC junto a los grandes vinos de guarda. El mercado ya no espera, “mi padre sabía esperar, ahora los dejamos al menos 10 años”. Las reglas son otras, pero han mantenido la tradición familiar -dejando a un lado la tipicidad- y mejorado en fruta porque la tierra ha estado siempre ahí.

Desde 1989 mantienen el sistema de elaboración de coupage fijo, cada año utilizan los mismos varietales y porcentajes, coupages con experiencia, personalidad L’Obac. “Nosotros hacemos Clos de l’Obac no Priorat, no nos dejamos llevar por las regulaciones ni por las modas ni por lo que marca el mercado”, siguen la tradición traída de Burdeos, esta influencia perdura y se refleja en las variedades, en las botellas, incluso en las etiquetas.

Entramos en la Librería del Vino, un espacio calmo y preservado de la luz donde el tiempo es su mayor aliado. Aquí las fotografías están prohibidas, contemplamos las distintas añadas desde 1989 con las botellas tumbadas clasificadas por referencia, “no hay añadas malas”, dice Guillem, y es que la prestigiosa bodega cuenta con una producción de 50.000 botellas, sin segundas marcas. Ahora se saca al mercado la cosecha del 2012, “mi padre aun seguiría con el 2005” sonríe.

Vinos envejecidos en botella hasta su momento álgido, reconocidos, exclusivos, exportan a varios países EE.UU, Noruega, Brasil, Hong Kong. Los encontramos en renombrados restaurantes y locales especializados de Madrid y Barcelona, listos para distrutar.

Realizamos una CATA vertical en una acogedora sala de cargada decoración vinícola muy alejada de los cánones minimalistas. Finas y elegantes copas cubiertas aguardan al visitante en una degustación personalizada. Agradecemos la inscripción de nuestro nombre impreso y pasamos a degustar las añadas con delicadeza y entusiasmo sin desperdiciar el vino servido por la ausencia de escupideras.

Cata personalizada en Clos de l’Obac

Kyrie. 4 variedades: garnacha blanca, macabeo, xarel.lo, moscatel de Alejandría. Un blanco con estructura de tinto, envejece en barrica de roble francés previa maceración pelicular.

Color amarillo oro, aromas a fruta de hueso, mineralidad, punzante. Logra la estructura con el alcohol 13,5,% la acidez y un ligero dulzor que le confiere la uva moscato.

Miserere 2011 Garnacha, Ull de llebre -tempranillo catalana-, cabernet sauvignon, merlot y cariñena . 12 meses en barrica de roble francés. Un vino poderoso, aromas balsámicos, a frutos rojos, bosque. En boca es cálido, tánico, notas de regaliz. El vino se abre y Guillem se decide a servir otra añada sin avisar… Aunque no haya añadas malas, sí las hay buenas, excelente el Miserere 2005 un gran vino de guarda.

Clos de l’Obac 2011 14,5% Añada de cosecha más tardía   35% garnacha, 35% cabernet sauvignon, 10% syrah, 10% merlot, 10% cariñena.

Color granate intenso. Aromas: regaliz, más especiado. Terciarios. Goloso, equilibrado, aterciopelado en boca. Potente y equilibrado. Muy representativo de la bodega.

2009 le cuesta abrirse, el productor lo sabe y mueve enérgicamente la copa…en boca espectacular, largo. Lema: El vino como forma de vida

Dolç de l’Obac 2010 Vino dulce procedente de las uvas garnacha, syrah y cabernet sauvignon de cosecha tardía en octubre. Grado alcohólico 16,5% y azúcar residual 60 g/l. En una parcela concreta la garnacha se deja secar por el valle de forma natural. Mucha fruta con pH compensado, aromas terciarios. Muy elegante, de larga sobremesa.

Clos Figueras  El vino y su entorno

Christopher Cannan llegó a estas tierras junto a su mujer Charlotte, adquirió la finca de 18 hectáreas en 1997 y ya en 2001 consiguió 96 puntos Parker con un gran vino “Clos Figueras”, a base de las variedades autóctonas Garnacha y Cariñena, y aquellas traídas por el propietario desde Francia, Syrah, Monastrell y Cabernet Sauvignon (cepas viejas de más de 60 años).  Las viñas fueron plantadas privilegiando la garnacha, también se plantó viognier del valle del Ródano, un afortunado error que provocó el arraigo y aceptación de esta uva blanca.

“Había buena uva pero sin recorrido” explica Miquel Compte, gerente del negocio en el acogedor restaurante de toque moderno y ecléctico. Hoy día lo que fuera una granja de pollos ha sido transformada en Hotel y Restaurante con una pequeña bodega en el sótano que mantiene las condiciones idóneas de temperatura y humedad.

Charlamos de los tiempos de la “nueva ola” cuando René Barbier, Carles Pastrana, Luis Pérez, Álvaro Palacios, Daphne Glorian y más adelante Christopher Cannan, tuvieron el gran hallazgo de descubrir el particular terroir del Priorato. “Pulir un diamante”, una talla en bruto en una comarca deprimida donde el vino estaba destinado al abastecimiento de la restauración local.

El cambio llegó de la mano de René, el aventurero visionario que vislumbró en una tierra difícil y alejada de la civilización un porvenir, el fruto de la cepa, largo, intenso, elegante. El grupo dio a conocer el vino de calidad de forma conjunta, aunando esfuerzos, un vino elaborado por cada bodega con mucho empeño, y desde entonces tras el éxito comercial con su sello personal.

Respeto máximo con el entorno y el fruto, “no es cocina de autor” declara Miquel, conocedor de los vinos y de la historia local, “todos seguimos la misma filosofía, y el crecimiento sostenido de la escasa producción repartida” donde cada grano viene marcado por la calidad.

La tradición del cultivo de la vid ha pasado de los monjes cartujanos a las duras épocas del siglo pasado cuando la agricultura no era rentable, la despoblación de la zona y abandono del campo, la almendra, la avellana… la uva.

El renacer de esta tierra trae aparejado un turismo de naturaleza, de respeto por el medio ambiente, unido al arte y la cultura. Descubrir los valles y laderas cargadas de racimos tintos de garnacha, cariñena, y de cabernet sauvignon, syrah… y cepas de garnacha blanca brillan orientadas al sol. El viajero venido del otro confín, se detiene a degustar un vino admirado por el bello paisaje de las viñas, deleite de sabor y fragancia de la tierra encerrada en la copa.

Cata en el restaurante Les Figueras

CATA:

*Clos Figueras   2016   Vino tinto vivaz, complejo y con cuerpo.

Garnacha y cariñena de cepas de 60 a 80 años, syrah, monatrell y cabernet sauvignon. Crianza de14 meses en barricas nuevas de roble francés.

Vista: limpio, rojo brillante. Lágrima marcada. Complejidad en aromas, intenso. Frutas rojas, notas ahumadas.

Boca: entrada agradable, envolvente, recuerdos de la tierra, taninos suaves, con un gran potencial de afinamiento en botella. Largo y profundo.

En línea de la bodega, muy representativo de la comarca. Buena relación Calidad-Precio

*Font de la Figuera Vino tino muy fiel al terruño, representa la esencia del Priorato. Ganacha, cariñena de cepas viejas, syrah y cabernet sauvignon.

Realiza una vinificación suave en depósito de 2500l. con “pisage” diarios. Crianza en barricas de roble francés de 500 l. durante 12 meses.

Color cereza madura brillante con un ribete violáceo. Aromas a fruta roja, tostados. Entrada en boca agradable, fresca, envolvente. Largo y profundo. Un vino muy logrado para su consumo joven, que evoluciona en botella hasta alcanzar su estado óptimo expresando toda su complejidad y elegancia.

Serras del Priorat tinto Crianza: (garnacha, cariñena, syrah y cabernet sauvignon) Vino ligero de fácil elección.

La vinificación se realiza en depósitos de 2500 litros con control de temperatura y posterior crianza de siete meses en barrica.

Vista: limpio y brillante, color intenso, capa media, ribete azul.

Aromas a fruta roja y notas minerales, final a hierbas aromáticas, romero, lavanda…

En boca fácil entrada, amplio, sabores más a fruta. Retrogusto mineral, agradable.

*Font de la Figuera (blanco) Garnacha blanca y Viognier, variedad del Ródano, aceptada por la D.O. Un afortunado error introdujo esta variedad aromática con “las blancas”. Fermenta en depósitos de acero y macera en sus lías. La garnacha blanca fermenta en barrica de roble francés por separado.

Vista: limpio, amarillo pajizo. Aromas a fruta exótica, piña, mango propios de la uva viognier. En boca es un vino austero y mineral, untuoso.

La bodega produce un vino de uva garnacha tardía, casi pasificada, con un 80g/l de azúcar residual.  Las atractivas botellas de aceite a base de arbequina decoran los estantes y alacenas de este encantador comedor. Aromas frescos de hierba y tomate verde, con un ligero amargor final, dan el toque perfecto a la degustación acorde con el paisaje.

La visita extiende nuestros sentidos con el aire fresco de las colinas de viñedos hacia el sureste, a escasos 300 metros divisamos la bodega de Álvaro Palacios.

Álvaro Palacios La esencia del Priorat en la copa

El proyecto del productor sintetiza la elaboración de vinos de alta calidad que vienen a reflejar toda la experiencia vivida en los primeros años en el Priorat. La tradición riojana familiar hizo posible la formación del productor en Burdeos y California dentro del sector vitivinícola. Sin embargo, fue en esta tierra de pizarra laminada donde desarrolló sus conocimientos y realizó un sueño. Las viñas estaban ahí esperando a ser rescatadas, el suelo rico en mineral pobre en nutrientes, las condiciones climatológicas idóneas, escasa lluvia y mucho sol. Rendimientos bajos y alta calidad, Álvaro Palacios no se cansa de repetir: “es en el campo donde se elabora un buen vino”.

Viñedos de Álvaro Palacios

En el año 1989 el conocido “grupo”  de jóvenes viticultores liderado por René Barbier hizo posible un sueño, elaborar grandes vinos en una tierra vinícola abandonada. Álvaro Palacios comercializaba bodegas Alfaro, animado por René que hacía lo propio con otras bodegas, y atraído por el lugar, dejó la producción masiva de la Rioja y la bodega familiar y se unió al proyecto. Con una hectárea de viñedo obtuvo su primera cosecha de garnacha que vinificó en una barrica de 225 litros, a diferencia del resto que hicieron mezcla de variedades. El resultado conjunto fue un vino único e irrepetible. A partir de 1990 cada uno elaboró su propio vino y lo vendió aparte, a partir de ahí se forja una leyenda. El vino del Priorato se revalorizó en el mercado y los críticos lo situaron en lo más alto. René con Clos Mogador, Carlos Pastrana, Clos del Obac , José Luis Pérez, Clos Martinet , Daphne Glorian, Clos Erasmus y Álvaro Palacios, Clos Dofí.

Bodega Álvaro Palacios, Gratallops

Entramos en la bodega de Álvaro Palacios, amplios espacios con vistas a Gratallops acogen la llegada de los visitantes profesionales. Detrás de las vidrieras las oficinas, en un descuido nos asomamos a la bodega de la planta inferior, el enólogo Oriol deambula por el espacio diáfano y saluda a su paso, demasiado atareado. Grandes depósitos albergan los vinos de mañana. La sala aséptica respira orden e higiene, calidad. Un ligero y sutil aroma a uva fermentada nos ubica, aquí es donde se gestan esos grandes vinos, las referencias que encontramos en lo alto de las ferias, seleccionados en las cartas de los restaurantes más prestigiosos, servido en las mejores mesas.

Actualmente la empresa cuenta con 42 hectáreas separadas en el Priorato y aún se compra uva en viticultura a diferentes pueblos. La finca Dofí consta de 20 hectáreas unidas, lo cual es todo un logro en la zona, se compone de garnacha y cariñena, las variedades autóctonas recomendadas que le otorgan carácter al vino. Recorremos las fincas en el pequeño 4×4 guiado por Saleta, enóloga y responsable de Calidad. Realiza el muestreo y explica cómo se espera a vendimiar la uva en su punto óptimo de maduración, “hasta que Álvaro las cata –las uvas- no se vendimia”. Las cuestas bacheadas y las curvas despistan en nuestro recorrido cuyo único elemento en el paisaje son las cepas alineadas en vaso a pleno sol. Lejos de la civilización y del mundanal ruido, atravesamos las viñas de otros productores “vecinos”, no se consideran competidores, “aquí si se te pincha una rueda son los vecinos quienes te echan una mano”.

Trabajar la tierra desde el principio, plantar, requiere mucho esfuerzo en este suelo árido pero agradecido a largo plazo. La pizarra erosionada es otro de los elementos clave que confiere esa singular mineralidad al vino. ” Las viñas viejas de largas raíces dan calidad aunque poca producción”. Las raíces alcanzan los 11 y 12 metros “comprobados” con el enólogo, pero pueden ser más largas. Sin embargo, durante los primeros años, la vid se afana en alcanzar el agua que se pierde entre los esquistos de la llicorella. “Se ha llegado a regar” declara la enóloga, con las mangueras por gravedad.

Viñas en La Baixada

En la finca Dofí la densidad es alta, 6.000 cepas por hectárea, en vaso y atadas a los palos para la poda en verde. En las laderas no se utiliza el tractor, el campo se trabaja con ayuda animal, las mulas. A unos metros de distancia vemos a dos trabajadores desbrozando la tierra con objeto de preservar el agua a las cepas, y esta es otra de las características del terruño, la escasez de agua. Clos Mogador practica el cultivo biodinámico y realiza la vendimia antes, en Álvaro Palacios sí se mantiene la biodiversidad, en el bosque, pero “la viña se mima y necesita agua”. L’Ermita se vendimia y embotella atendiendo las fases de la luna.

Las retorcidas cepas de 85 años han perdido vigor, como un hombre que en su madurez guarda su experiencia y sabiduría, aunque necesita ayuda para expresarse. Ladera abajo viñas con cepas de 30 años crecen fuertes, asoman curiosas y atrevidas… todavía jóvenes para ser destinadas a este gran vino de reconocimiento mundial.

Garnacha, cariñena y “la blanca”, como se escucha nombrar a las variedades de uva blanca por esta región –garnacha y macabeo principalmente- se vendimian a la vez y vinifican juntas en una mínima proporción.

La cara Norte y Este, donde se ubica “La Baixada”, son las pendientes más valoradas ya que se evita el impacto del sol de la tarde, en verano la temperatura puede alcanzar los cuarenta grados. Los tratamientos naturales para combatir el oídio con azufre y el mildiu con cobre, como en la cosecha del 2020, año de lluvias. Las cepas se atan preservándolas de la humedad. Se prefieren los costers la pendiente con separación de 40 a 50 cm, “si pones terrazas rompes la piedra, en la ladera la maduración es más homogénea y de mayor calidad”.

Recordemos que la sierra de Montsant se eleva a 1.100 metros y actúa como barrera contra el frío del norte y tan sólo una leve brisa de levante, de la costa tarraconense, del Mediterráneo se cuela por la sierra del Molló y suaviza la cepa de forma sutil. Tierra de contrastes cuyo fruto sabe aprovechar hasta la maduración óptima todo su potencial en aromas y sabor. Estamos a los pies del municipio de Bellmunt, Saleta recoge muestras de la finca que da nombre a un gran vino, “Les Aubaguetes”, un viñedo de cepas viejas, garnacha, cariñena, las blancas, incluida la Pedro Ximénez, traída del sur con la explotación de las minas de Bellmunt a principios del siglo pasado. “Viene bien para diversificar en la floración.” Este terruño privilegiado confiere la estructura de un vino magnífico.

Bodega finca Dofí

La garnacha, delicada en su floración y de bajo rendimiento, puede llegar a deshidratarse y en la mesa de selección se escoge con sumo cuidado el grano en su plenitud desechando el resto. La cinta de selección para L’Ermita va despacio, para Camins, rápido. Las maceraciones son largas de 20 a 25 días para Camins y 50 a 60 días L’Ermita.

La bodega en la finca Dofí se construyó en 1997, en el 98 se crio el primer vino de este lugar y ya en el 99 salió al mercado. Encontramos 2 líneas, fuera y arriba. Sorprende el diseño de la estructura de hormigón abovedada con un tapón en el techo, la forma de barrica acoge al visitante y al vino, que actualmente se guarda en fudres de mayor tamaño previamente envinados. Nos acercamos a la filosofía de la elaboración, mínima intervención, sin añadidos en levaduras, madera para estabilizar sin que distorsione lo más preciado, la fruta, el terruño… el lugar. Los vinos en propiedad de mayor calidad realizan la fermentación maloláctica en barrica. El número de trasiegos depende de la añada, decisiones de elaboración que guarda la bodega.

3 son los materiales utilizados: Foudres de roble, para las viñas propias, bazuqueos manuales. Depósitos de acero inoxidable, con bombas para los remontados. Cemento, para la crianza de Camins y Terrasses

El Consejo Regulador realiza la trazabilidad y auditoría, se toman muestras al azar siguiendo los parámetros recogidos en los Nombres de la Tierra. El productor riojano es quien parece haber sentado las bases en la cultura vitivinícola, terruño, la trazabilidad y la filosofía de recoger en la botella, lo que él llama el lugar.

Volvemos a Gratallops para realizar una cata horizontal y nos cruzamos con el renombrado productor, serio y formal, sonríe a su paso, atareado con su equipo de enólogos va tomando decisiones clave en la elaboración. Un tema recurrente conduce la breve conversación, la sombra de la sequía amenaza la viña, una preocupación real, el agua.

Cata en Álvaro Palacios, Gratallops

CATA horizontal:

“Les Terrasses” 2020 Vino de Villa. Garnacha 72%, cariñena 27% y blancas. Uvas procedentes de viñas viejas de Gratallops. Color rubí, media capa, algo turbio. Aromas frutales, goloso pero marcada acidez en armonía con el alcohol 14,5% . Largo con recorrido de cinco a diez años, “si se guarda en buenas condiciones”.

“Gratallops” 2020 Vino de Villa. 87% garnacha, 12% cariñena y blancas. Un año en barrica y cuatro meses antes de salir. Brillante, amplitud en aromas, amable en boca, plantas aromáticas. Un vino fresco, de taninos suaves, redondo.

“Finca Dofi” 2018  83% garnacha, 12% cariñena, 4% picapoll. Intensidad en color y aromas, crianza: 20 meses en fudres de roble francés. Color de rojo mate. En nariz tarda en abrirse, punto de pomelo. En boca, más complejo y profundo. Tanino elegante. Largo.

 “La Baixada” 2018 varietal garnacha de 20 años. Reconocible, un priorato clásico. Brillante, rojo intenso. Aromas a violeta, frutos rojos maduros, grosella, hierbas aromáticas, lavanda, hinojo. Suave de taninos pulidos. Persistencia. Recordemos una maceración de 50 a 60 días y crianza de 15 meses en fudres de roble francés. Excelente vino de guarda, si resistimos la tentación de compartirlo.

La responsable de Calidad es requerida para la reunión de equipo. Nos quedamos con Dofí, una vuelta más, se abre en matices expresando toda su elegancia. Volvemos a La Baixada, la evolución se expresa en la copa.

Etéreo. Complejo en matices. Envolvente en boca. Sutileza en aromas. Persistente en la copa, un vino que incita a hablar.

Mas Doix   “Nuestro vino se hace en la viña”  

Valentí y Ramón Llagostera comenzaron su andadura en 1998 con la idea de elaborar vinos de calidad en un terroir óptimo para el cultivo de viñedos de bajo rendimiento y uvas excelentes. Los productores continuan su labor dentro y fuera de la bodega, Ramón se cruza velozmente a nuestra entrada y Valentí se encuentra ausente, el largo recorrido de la botella quizá le sitúe frente a un distribuidor o en una feria en París. En su lugar la guía, nos muestra esta bodega de diseño vanguardista ubicada en lo alto de la colina con un elemento predominante, la pizarra. Amplios ventanales se abren de un lado a los montes del Montsant, del otro los viñedos, cada uno con su singularidad.

Bodega Mas Doix, Poboleda

La bodega, obra de Javier Llagostera, el arquitecto de la familia, cuenta con un circuito cerrado de agua y placas solares, a pesar de la modernidad, la uva llega en camión refrigerado y por gravedad entra en la despalilladora, prensa, comienza su proceso de elaboración. Las variedades blancas realizan la fermentación en acero inoxidable con control de temperatura. Las distintas variedades procedentes de diferentes viñas –viejas y jóvenes- fermentan por lotes en los depósitos por separado. Los tintos fermentan también en los huevos de hormigón o en fudres de madera. La crianza de los vinos de guarda se reparte entre los dos huevos de cemento donde suele ir la garnacha con mayor acidez y barricas de 225 litros de madera para la cariñena, más suave y cremoso.

La familia Doix fue una de las pocas que decidió replantar las variedades autóctonas para mantener el cultivo después de la filoxera. Logó recuperar las cepas, hoy centenarias. Recordemos que la filosofía de la bodega es expresar en cada vino el terroir de proveniencia.

Cata en Mas Doix
1902, cariñena de viñas centenarias

Murmuri 90% garnacha blanca, 5% macabeo. Aromas a piña, cítricos, de fácil entrada, floral, fresca acidez.

Salix 65% garnacha, 25% macabeo, 10% Pedro Ximénez. Madura 3 meses en barrica, amplitud de matices, algo más untuoso y aromático. La PX fue introducida por aquellos andaluces que a finales del siglo XIX fueron a trabajar a las minas de Bellmunt, lugar de atracción turística. Esta pequeña aportación del sur, aporta aroma y complejidad al vino blanco.

Les Crestes 2020 ocho, nueve meses en barrica de roble francés, coupage que varía según la añada: 80% garnacha, 10% cariñena, 10% syrah. Frutas negras, marcada acidez, un gran potencial a falta afinamiento en botella.

Salanques Si bien las viñas están certificadas como orgánicas, sin los añadidos químicos, se busca la certificación del vino ecológico  certificado.

En concreto Salanques realiza la crianza en 14 meses en barrica nueva,  65% garnacha, 25% cariñena, 15% Un vino clásico y reconocible, con mucho cuerpo, una vuelta al origen, a la tierra, al pasto, incluso notas a cuero.

Doix 2018 viñas centenarias en pendiente 45% garnacha, 55% cariñena  14 meses en barrica

Granate, rojo picota. Aromas a fruta negra madura, especiado, recuerdos a humo. En boca es un vino con cuerpo, redondo, de suaves taninos. Final largo.

1902 La cata culmina con este gran cru como se define al vino en la Borgoña, un vino de pago, según la clasificación del Priorato en lo más alto de la pirámide: Gran Viña Clasificada

100% cariñena, 14,5% de alcohol.  Rojo granate, aromas ruta negra madura, grosella. Vino elegante, potente y redondo. Un gran vino gastronómico para acompañar de buenos platos contundentes, grasos.

Gratavinum    El Vino de la Nueva Generación

Mas d’en Serres desde la Vilella Baixa

Salimos del pequeño municipio de Gratallops hacia la Vilella Baixa en un camino de curvas donde apenas nos cruzamos con un todoterreno y un turismo de alta gama que recorre la comarca de forma pausada, saboreando cada recodo. Nos adentramos en el corazón del Priorato en la finca que la familia Cusiné adquirió en el año 2003 con el proyecto de elaboración de vinos de calidad. La nueva generación parte de la experiencia de la bodega familiar en el Penedès, Parés Baltà: los hermanos Joan y Josep junto a sus esposas Marta y Mª Elena.

El enólogo Jordi Fernández aguarda en la bodega enfrascado en la investigación de la crianza del vino. La superficie de viñedo se divide en varias fincas con las variedades que mejor se adaptan a la tierra de pizarra limpia y austera, la garnacha y la cariñena, tendencia observada en las bodegas y recomendadas por la Denominación. Se cultivan también por separado una hectárea de syrah y una más de cabernet sauvignon.

Viñedos circundan la bodega Gratavinum

La filosofía de Gratavinum es elaborar vinos Ecológicos de calidad con estudios del cultivo biodinámico. Desde el principio se tuvo muy claro el respeto por el medio ambiente, preservar la fruta y elaborar con la mínima intervención. ¨Los números no salen para un vino de supermercado”, declara Jordi en una pausa del trabajo en bodega. Rodeados de montañas, respiramos hacia el Suroeste donde las nubes se disipan hacia el Ebro. “Estamos como en una olla” rodeados de monte, con 430 litros de pluviometría anual, el agua se filtra y las raíces de las cepas se afanan por buscar confiriendo al vino ese toque mineral diferenciador de la zona.

En la vendimia, la uva procedente de las distintas fincas, permanece intacta conservada en frío, llega en cajas de 20 kg y se selecciona a mano. La vinificación se realiza por separado para después despalillar y al inicio de la fermentación el 50% de los granos se mantiene entero. Del prensado suave el vino pasa a la crianza y es en esta fase cuando el equipo de enólogos toma las decisiones clave en una relación muy personal con el vino.

Sistemas de crianza, damajuanas y ánforas

   Acero inoxidable, para la maceración pre-fermentativa en frío. Los bazuqueos se realizan con bomba pero se riega a mano.

   Barricas de 400 litrosde roble francés y húngaro, nuevas y usadas por un corto periodo de tiempo, se busca el equilibrio entre la fruta y la mineralidad.

   Ánforas de arcilla de 320 litros, crianza oxidativa respetando la fruta, en boca se suaviza dando lugar a pálidos taninos.

   Damajuana las mismas que se exponían al sol para obtener el vino rancio, en Gratavinum se reserva un 15% para dar a la mezcla esa “chispa de fruta fresca”.

Como resultado de la investigación en las opciones de crianza se obtiene un coupage de alta calidad expresado en las distintas referencias:

Coster 2015 a base de cariñena procedente de viñedo viejo, cultivo biodinámico.

Color granate, intenso en nariz, confitura frutos negros y tierra húmeda. Entrada en boca potente, de marcados taninos. Su acidez le otorga la frescura de la fruta y en botella evoluciona y despliega multiplicidad de matices. Fermentación y crianza en ánfora, 12 meses. Persistente y largo. Un gran vino destinado a triunfar.

GV5 95% cariñena, 5% garnacha. Priorato clásico de maduración más potente. Macera 30-35 días en pieles y realiza la crianza en barrica de roble francés y húngaro, 10 meses. Aromas a frutos negros, tostados, grafito. En boca es largo desarrolla la mineralidad de la tierra, es cálido y dulce, fresco y potente. Muy representativo. Un gran vino que refleja el terruño y da que pensar.

2πr Vino representativo nueva generación. Base de garnacha 65% y cariñena 20%, resto cabernet sauvignon y syrah. 2019 Aromas a fruta roja y negra, balsámicos, seco en boca final violetas, hinojo. Vino joven afrutado de gran potencial. Su amplitud en matices evoluciona con el tiempo si se resiste a guardar.

Silvestris 85% cariñena 15% syrah, Natural wine: el mosto fermenta con las levaduras salvajes de la uva, tan presentes en este vino. Es más reductivo, salvaje y terroso, notas de frutos rojos, tostados. Es un vino amplio, el alcohol mantiene el equilibrio con una marcada acidez. Persistente. Un vino natural que representa la esencia de la tierra. (El añadido en sulfuroso es menor a 10ml.)

Dolç d’en Piquè Vino dulce de vendimia tardía, la sobremaduración de las dos variedades autóctonas -garnacha y cariñena- hasta su punto óptimo. Fermentación en depósitos que se paraliza obteniendo el azúcar residual y 15% de alcohol. Intenso y suave, aromas a fruta pasa y almendras. Tostados por su paso por barricas nuevas de roble francés. Agradable y persistente en boca y copa.

Aceite Gratavinum extra virgen. Arbequina y Rojal. Ecológico el único en la zona, se considera un producto más, los olivos marcan la linde de la finca.

Cata en Gratavinum

Estamos en invierno y la comarca ofrece un paisaje austero y limpio, echamos en falta la alegría de la primavera cuando unos pocos establecimientos abren discretamente sus puertas al viajero. Los carteles escasean y en las aldeas, perdón, pueblos, el empedrado confluye en la plaza de la sencilla iglesia barroca de puerta ornamental y campanar, en Gratallops, la panadería nos ofrece comestibles y exquisiteces caseras, cocas saladas, pasteles de crema pastelera. Las bodegas ofrecen las visitas al viajero con el único reclamo de barriles frente a portones abiertos, que incitan a descubrir y degustar. La Cooperativa a la entrada expone las referencias de vino y aceite de la comarca y elaboración propia de la bodega abierta a la vista. Las calles se estrechan hasta dar con la fachada la “catedral del Priorat” del siglo XVIII en Poboleda, sin posibilidad de salir, una cuesta empinada desde la curva de la carretera desciende en Torroja, allí se ubica el Consejo Regulador. Intentamos salir por una pendiente ascendente que termina en pleno campo, en Torroja. B&B, coquetos restaurantes ofrecen con encanto alojamiento y degustaciones y una pequeña tienda de comida casera nos ofrece sus productos: canelones, pollo al cava, embutidos y quesos. El aceite fino y de sutil aroma a hierba adereza las verduras y el pan payés.

Celler Balaguer i Cabré       Garnacha de carácter muy propio  

Referencias a la entrada de Balaguer i Cabré

Esta típica bodega está situada en el centro de Gratallops, recoge toda la solera del lugar, a pesar de lo cual Jaume Balaguer prefiere mostrar en primer lugar los costers de los viñedos propiedad de dos familias de arraigo en la zona. Las nubes cubren las erosionadas cimas de las colinas situadas al este del pueblo. Dos son los vinos representativos de las variedades autóctonas, cariñena y garnacha. Sin embargo, el productor descorcha la garnacha blanca, amplio y untuoso, macerado en sus lías, nos asoma al paisaje frío y vertiginoso desde lo alto del valle.

Elaboran mono-varietales para “reflejar el territorio”, una variedad, un paraje, un vino.

En la calle principal del pueblo, la bodega ofrece al visitante la degustación y venta de los vinos expuestos en la entrada sobre un tonel. En el interior, el reclamo se vuelve realidad, la elaboración y crianza se realiza en los depósitos de acero inoxidable y barricas de roble francés.

Viñedos y monte, Balaguer i Cabré

Lluna Vella 2015 Garnacha 14,5% en barricas de alzina, que suaviza, roble de 500 l. a temperatura estable

Color cereza, aromas frescos, fruta madura y notas a madera que buscan ese equilibrio del Priorato. Sutil recuerdo a bosque, mineral. En boca fruta madura y especias, alcohol integrado. Si bien es apto para su consumo, posee el potencial como vino de guarda.

Ruella en la umbría del valle. Pequeña producción de un vino que busca respetar la fruta, el terroir, para lo cual vinifica en depósitos de fibra de vidrio y afina en botella durante 12 meses. La cosecha del 2021 se embotellará en mayo de 2022

Color rojo picota, limpio. Aromas florales y a fruta fresca, cerezas. En boca es afrutado, fresco, con una buena acidez que incita a llenar la copa.

Guinardera 2016 Garnacha 15%  Vino de Villa que transmite la tipicidad de este paisaje singular de más altura y orientación Sur, al otro lado del río Siurana.

Crianza en barricas de 500 litros de roble francés tostado medio, se embotella y aguarda, “hasta que salir al mercado no se etiqueta”.

Rojo picota, intenso. Complejidad aromática, mineral y fruta madura, notas de hierbas aromáticas y setas.

En boca es un vino afrutado y denso. Persistencia con un agradable retrogusto a Cassis. Nuestra elección.

Cata en Balaguer i Cabré

Celler de Vinssi    Enoturismo en el corazón del Priorato

Esta pequeña bodega comienza su andadura con el inicio del siglo XXI en una antigua almazara del municipio de Gratallops. Josep Roca enólogo y viticultor planta las primeras viñas en Les Planes y otras pequeñas fincas de Gratallops y La Vilella Baixa con las variedades garnatxa y cariñena en suelo duro pizarroso. En 2005 se recupera una viñas de cepas viejas de samsó –como así se denomina a la cariñena en Cataluña- y nace el vino de vila Rocapoll, de producción limitada. Actualmente la bodega produce un total de 15.000 botellas al año y se exporta a distintos países de Europa, EE.UU., China.

Visita y cata en viñedos Celler Devinssi
Rocapoll, Devinssi
Celler Devinssi, Gratallops

Sin embargo el primer vino producido en De Vinssi fue “IL·LIA”, a base de las dos variedades autóctonas. El 2019 despliega aromas florales y fruta roja, cassis sin faltar las notas minerales. En su paso por madera, 20 meses en barrica de 225 litros, le otorga redondez a esta mezcla de garnacha, samsó y cabernet sauvignon, tostado sutil y balsámicos. Final largo.

Lil.lia blanco procedente de una parte pequeñas de suelo de pizarra y arcilla. “Las blancas” ocupan muy poco espacio en la zona.

Rocapoll 2017 procede de la ladera vieja de 103 años, desde donde el guía Jordi, gran conocedor de la zona, explica a los visitantes con pasión la tradición de estos vinos y la historia de la comarca. Mono-varietal cariñena permanece 18 meses en barrica de roble francés Allier nuevo que expresa al máximo la uva y da lugar a un vino estructurado, de taninos pulidos. Aromas minerales, especiados, hierbas aromáticas. Un vino Priorato, fresco y vigoroso.

Por último, un vino de diferentes parcelas de viñedos de Gratallops, Mas de les Valls, 2019 una mezcla de tres variedades tintas en terceras partes: garnacha, cariñena y cabernet sauvignon, con una maceración de dos semanas y crianza en roble francés con dos remontados diarios. Definimos junto al guía en la pequeña bodega de gruesos muros donde reposa el vino de guarda. “Tiene ese sesgo corpulento del Priorato”.

Clos Pachem      El diseño en la bodega

Callejeando por el empedrado de Gratallops uno se sorprende con la esquina de arquitectura vanguardista y sostenible de Clos Pachem. El edificio construido en piedra recubierta de mortero que se fusiona con el entorno del pueblo, interior de madera, vidrio y agua en un sistema de refrigeración natural con una cubierta de agua.

Clos Pachem, vista a la iglesia de Gratallops

Un espacio de luz y sostenibilidad, el marco idóneo en el cual el proyecto de Michel Grupper se ubica en esta bodega desde 2015 con el trabajo de los jóvenes enólogos: Pep Riba y Audrey, quienes abren sus puertas y comparten su experiencia con el visitante, coincidimos con otro joven emprendedor, René Barbier tercera generación de viticultores.

El frío invierno marca la estabilidad en el campo, Les Planassos y Fundador, 5 hectáreas con una producción de vino base de 15.000 botellas.

En Clos Pachem la vendimia es temprana, más verde, porque según explica Audrey, “buscamos esa acidez”, se realiza una cata de uvas y un control del grado de acidez. Los taninos extraídos son un poco más verdes y se realizan cortas maceraciones dependiendo de la variedad. La amplia sala de elaboración alberga los depósitos: hormigón de 750 litros y “ous” huevos de cerámica de 950 l. En el 2021 pusieron el mismo vino y se obtuvo como resultado un vino con más cuerpo y más redondo. La bodega se decanta también por la nueva tendencia para elaborar un mono-varietal cariñena el próximo año 2023.

Ous y depósitos en Clos Pachem

Licos 100%garnacha blanca. D.O. Terra alta. Amarillo limpio. Aromas a cítricos, fruta blanca, hierbas. Un vino vivaz, con nervio

Pachem 2018 maceraciones de 8 a 10 días, Fermentación espontánea con remontados suaves, crianza de 8 meses en hormigón. Vino fresco, frutos rojos, fresas, plantas aromáticas. Goloso, buena acidez

Camí de la Mina se encuentra en el sótano con mayor humedad. Garnacha y cariñena se reparten esta mezcla que realiza una maceración de12 a 14 días, vinifica por separado, la garnacha más delicada en ánforas de gres y la cariñena en barricas grandes o fudres de 1.000 litros.

Planassos nuevo vino de la finca del mismo nombre en Gratallops. Un vino de paraje a base de cepas viejas de cariñena. Se vinifica en grandes tinas y realiza 12 meses de crianza en huevo de cerámica de 500 l. Después pasa a afinarse otros 12 meses en botella antes de salir al mercado en el mes de marzo.

Celler Burgos Porta La expresión en cada cosecha

Recorremos la comarca en un sinfín de curvas atravesando el valle que surcan las aguas del río Siurana, puentes de piedra estrechan el camino hasta Poboleda, salimos de un laberinto de calles con indicaciones de carteles sorpresivos de esta bodega ubicada en la masía Sinén del siglo XVII. Salvador Burgos, de tradición vinícola familiar nos recibe en este paraje de 500 metros cuadrados de viñedos, gestiona con su mujer Conxita Porta esta bodega de vinos ecológicos de calidad. La pizarra muestra aquí sus hojas en una falla del terreno, más laminada y mineral. El desnivel en la zona es pronunciado y el cultivo se realiza en terrazas cuando no en pendientes. “En los años ochenta la comarca era una zona deprimida, despoblada, había poca idea”, nos explica el productor, fueron años de resistencia, cuando la gente emigró Salvador se quedó y comenzó una agricultura ecológica sin estimulantes ni aportes químicos. De una docena de bodegas se ha llegado a más de cien, y gracias al “grupo” en los años noventa se dio a conocer por todo el mundo, el Priorato.

Celler Burgos Porta, Mas Sinen, Poboleda

Las 15 hectáreas de viñedo producen 25.000 botellas anuales, quieren mantenerse y abren la bodega a un enoturismo en aumento, rodeados de monte y viñedo viejo. Garnacha con las cepas en espaldera sujetas con alambre natural y las cepas de cariñena en vaso, la cabernet sauvignon se ha ido desplazando, pero “no hay fórmulas, cada año varía” la proporción, la elaboración junto al enólogo Toni Coca.

La masía está totalmente reformada en un espacio abierto en tres plantas, realizamos la

CATA en rama con las vistas del Montsant

Cata en Burgos Porta

La Vall 2021 del depósito: intensidad en color que mancha la copa, en nariz frutos rojos algo floral, en boca largo recorrido, astringencia. Es una mezcla que varía: Garnacha, cariñena, syrah, cabernet sauvignon, syrah y merlot. Se embotella en mayo y termina de afinarse en botella antes de salir al mercado.

De los depósitos pasamos a las botellas en la planta superior, encontramos una botella abierta de Petit Mas Sinén, probablemente de algún grupo de visita, no está oxidado en absoluto, rojo tonos violáceos. El coupage de variedades tintas presenta multitud de aromas, taninos suavizados, “salen golosinas”,  un vino de guarda, 5 años en botella merecen probarlo.

Mas Sinén Clos 2017 Un vino con historia. 40% garnacha, 20% cariñena, cabernet sauvignon y syrah. Crianza en barrica nueva 12 meses y 3 años en botella. Color picota con reflejos cardenalíceos, aroma intenso, frutas rojas, especiado, muy sabroso y fresco, final largo.

Mas Sinén Costers 2014 Crianza de 1 meses en barrica y 6 años en botella. Con un rendimiento de 300 gr por cepa de 55% garnacha y 45% cariñena. Vol. 15% Producción limitada. Color rojo picota de intensidad alta, destellos de granate intenso. Mucha fruta negra.En boca intenso, con cuerpo, untuoso. Largo y fresco.

Mas Sinén Blanc 2019 100% garnacha blanca. Vol 15%

Color amarillo pajizo. Aromas cítricos y un poco tropical notas ahumadas y hierbas aromáticas. En boca mineral y cítricos, fresco.

La elaboración de estos vinos está controlada por el CCPAE (Consell Català de la Producciò Agrària Ecològica)

Josep Grau Viticultor    “Preservar el mensaje de la tierra”

Fudres en Josep Grau Viticultor

Esta pequeña bodega es un proyecto reciente del 2016 que Josep Grau abrió en una vieja casa de pueblo en Gratallops paredes originales de piedra de llicorella y techo de “vuelta catalana” también original y se suma a su andadura en D.O. Montsant desde 2001. Elabora artesanalmente vinos de parcela, de cultivo ecológico sin productos químico-sintéticos en ambas denominaciones.

Marta Carbonell nos lleva a una de las fincas en que se dividen las 6 hectáreas D.O.Q. Priorat con las variedades autóctonas, la cariñena y la garnacha, plantadas en vaso. El suelo especial llicorella y la climatología dura conforman esta planicie de viñedo separado por muros de piedra.

Cata en viñedo de Josep Grau Viticultor

Pedrabona 2020 Granacha y Cariñena de cepas viejas. Crianza 14 meses en grandes foudres tronco cónicos de roble austríaco Stockinger 2.500 l.y barricas usadas de 300 l. de roble francés. Rojo picota, aromas a frutos rojos, bosque y especiados. Vino muy expresivo y con una marcada acidez, y final largo. Un vino para degustar el sabor a la tierra, si bien gana con un tiempo de afinamiento en botella.

Salió mercado en una añada de lluvias primaverales que trajeron el mildiu. La bodega seleccionó cuidadosamente la uva sana y redujo la producción a 5.500 botellas.

D.O. Montsant : El viticultor elabora vinos Vespres blanc (garnacha blanca) y LaFlorens (garnacha tinta) que bien merecen una visita a la bodega en Capçanes.

En nuestra última visita en primavera, una micro-bodega nos sorprende en Gratallops por su tradición e iniciativa. Marc Ripoll presenta su proyecto en Gratallops, última generación de viticultores nos abre las puertas de

Cal Batllet uvas originarias

Cepa escanyavella

Desde 2009 el productor elabora vinos de cepas viejas de hasta cien años, las variedades autóctonas garnacha y cariñena. Son viñedos propios de herencia familiar situados en Gratallops. De agricultura ecológica, el viticultor rescata alguna variedad que crece dispersa en los Costers, como la blanca escanyavella –atraganta-vieja-, una variedad rústica como su nombre indica, de buena acidez, tardía, le cuesta madurar. Alcohol, 13% muy bajo rendimiento. En el viñedo de orientación sur, buscamos las cepas dispersas de esta variedad que por resistente se replantó hace 30 años en Gratallops. Observamos los injertos, las variedades de este micro viñedo donde toda la labor es manual. “Dos pulgares, bien”, señala Marc.

En bodega, llama la atención los recipientes de última generación, huevos flextank, “ralentizan el proceso y aportan micro-oxigenación”, material poroso cuya forma además facilita el movimiento de las lías. Encontramos también damajuanas para los “picos” de producción. Y las barricas de tueste medio donde suavizar la cariñena.

“Un viñedo : una barrica”. Bajos rendimientos, se busca calidad.

Llum d’Alena  2017 Ví de Vila. Base Garnacha y cariñena.Aagricultura ecológica, viñas más jóvenes propias, 40 años de edad en Gratallops. Mineral, redondo, equilibrado el alcohol, 16%.  Aromas florales, fruta negra, y toques herbáceos. Cálido en boca, toque dulce y buena intensidad. Un vino amable.

D’iatra Ví de Vila. Cepas de 50 años : Base de Cariñena, garnacha y cabernet sauvignon. Remontados manuales y la crianza de 12 meses en barricas de roble francés nuevas y usadas. Frutal, aromático, fruta negra. En boca, mineral, redondo, toque de dulzor. Un vino más clásico que envejece en barrica. Representativo.

En Gratallops el viñedo plantado de cariñena a distintas alturas, las raíces profundas rebuscan el agua. Son 5 partidas que dan un bajo rendimiento a un vino complejo y auténtico. (2015) Mineral no vegetal “el raspón no interesa”. Un vino para paladear y compartir.

Torroja Ronçaval Cariñena,viña singular de Torroja del Priorat; el mismo concepto con 5 partidas. Envejece en barrica nueva. Agricultura biodinámica, crianza de15 meses en una barrica de 225 litros de roble francés nueva. Vino más serio, recio, tánico. Frescura en boca. Equilibrado. Largo.Propio del terroir y micro-clima.

5 partidas,Gratallops. Cariñena 100% . Aromas a fruta madura, notas floral, mineral. En boca potente, tánico, fresco. Finura y persistencia. Un vino para degustar y compartir.

Cal Batllet, referencias

Abandonamos esta comarca por El Lloar atravesando un precioso valle surcado por el río Montsant, a cada curva nos asomamos, viñedos en ladera, una gran bodega aparece en este entorno natural-

Bodegas Familia Torres

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *