Liguria, tierra aromática bañada de sal mediterránea, la Riviera italiana recorre esta región entre mar y montaña por los valles y laderas atravesando pueblos costeros turísticos, playas y puertos de pescadores como San Lorenzo al Mare, Alassio, Diano Marina, Finale Ligure, Albenga y de grandes cruceros en las ciudades portuarias de Savona y Génova. La Vía Aurelia, sobre la antigua calzada romana, serpentea por el litoral y nos descubre los palacetes señoriales con plantas cargadas de flores blancas, rosas, azuladas que cuelgan a nuestro paso, Bordighera, San Remo, Imperia, el camino se estrecha en la punta rocosa del Promontorio di Capo Mele y nos asoma de nuevo al mar Tirreno, descubrimos la isla Gallinara, verde montículo que emerge gracioso sobre el mar azul encrespado en primavera, calmo en el calor estival.
A tan sólo unos kilómetros en el interior del golfo de Génova, los cultivos de horticultura comparten terreno con algunas bodegas familiares, minifundios de vid autóctona como la “Cascina Feipu di Massaretti” de 5 hectáreas donde Mirco y Brunella desarrollan el cultivo en tierra arenosa de las uvas: vermentino, pigato, rossese y garnacha local.
Una generación les precede, Agostino y Bice Parodi comenzaron su andadura en los años sesenta del siglo pasado cuando la demanda del Pigato por la restauración en la Liguria fue en aumento, una uva blanca semi-aromática como su hermana la Vermentino la más extendida por toda la Liguria, y de la cual distinguimos por las pintitas en el grano. En la llanura de Villanova d’Albenga, entre cultivo de frutas y hortalizas, Mirco recibe en el umbral del jardín silvestre a pie de los viñedos. En el interior de la bodega, las estanterías de botellas añejas contrastan con las blancas paredes de la rústica hacienda. “Hace 40 años ¡todo era pigato!” Nos conducimos hacia otra estancia con las principales referencias expuestas, de una forma espontánea catamos los vinos según tropezamos con una barrica, una botella, una frasca…
Pigato Massaretti: joven monovarietal, 13% de alcohol. Color amarillo pajizo, aromas florales, hierbas aromáticas. En boca intenso, recuerdos florales y fruta blanca. Posée una marcada acidez que le da una frescura muy agradable.
En su versión La Palmetta, se realiza una mayor extracción, crio-maceración, prensado suave con fermentación a temperatura controlada en depósitos de acero. El resultado, un vino largo y persistente con una acidez punzante. Grado alcohólico: 13’5 %.
Este vino seco y cargado de aroma, frescura, marida bien con pescado y pasta al pesto muy típica en la zona.
La pequeña bodega cuenta con otras variedades autóctonas: Rossese di Campo y Granaccia (IGT Colline Savonese*), una garnacha también denominada “Alicante”, aunque resulta chocante, lo aceptamos como parte del folklore local.
Destacan los vinos dulces passito de gran tradición en la zona, Il Pippo a base de garnacha pasificada en la vid y después en local aireado. Vinificación tradicional primero fermenta sobre sus lías y separado el mosto se fermenta durante 60/70 días. Se embotella pasado un año. Color rojo anaranjado, gusto a cereza madura, guindas, muy goloso para saborear con dulces y bizcochos.
La Bice, dorado proveniente de la pasificación de la uva blanca pigato, despalillado realiza una lenta fermentación con trasvases para eliminar las pieles y limpiar con filtraciones sucesivas hasta que después de un año en octubre se embotella. Dulce muy fino y agradable en boca, recuerda a la uva misma. En el jardín la mujer que da nombre a este dulce vino se acerca a saludar, poco han cambiado en su forma de elaborar los vinos en los campos a un paso del mar.
*IGT Indicazione Geografica Típica
La DOC Riviera Ligure di Ponente, se extiende desde la fronteriza Ventimiglia hasta Génova. Continuamos en la llanura por la pequeña aldea de Bastia d’Albenga atravesamos un laberinto de callejuelas con casas de piedra hasta dar con el caserón agroturismo Biovio de la familia Vio. Aimone Giobatta al frente del negocio familiar considera la «agricultura ecológica una elección cultural». En el garaje los jóvenes envasan el vino y en una mesa del porche cargado de bellas plantas, comenzamos la degustación con un Vermentino, la uva blanca mediterránea, variedad más extendida en toda la franja costera, acompañado de productos locales: aceitunas de Taggia, aceite taggiasca con pan ciappe, tomate aliñado, anchoas, queso pecorino… Difícil resistirse a la casta cata del vino sin maridaje. Nos dejamos agasajar por una de las hijas, Caterina y su madre Chiara con los ricos aperitivos mientras escuchamos historias de la tradición agrícola local y la descripción de los caldos. En cuanto a los vinos destacamos:
Grand-Pere pigato. Las cepas crecen a escasos kilómetros en cordón, tras la vendimia en octubre, el mosto se fermenta en contacto con las pieles sin añadir levaduras seleccionadas. Crianza de 10 meses en barrica y 4 en botella.
Color amarillo dorado, aromas de fruta madura, albaricoque y hierbas aromáticas. En boca es envolvente, amplio, con una marcada acidez y final largo. Grado alcohólico: 14-14’5% Muy apto para tomar solo o con los aperitivos de fiambres y quesos típicos.
Bon-in-da-Bon pigato 100% realiza una criomaceración durante 24 horas, prensado suave y fermentación a temperatura controlada en acero inoxidable. Crianza de 6 meses en barrica y 3 en botella.
Color amarillo pajizo, nariz amplia y perfumada. Gusto en boca intenso, hierbas aromáticas. Grado alcohólico: 14-14,5 % vol.
Aimone Vermentino. Crece en terreno arcilloso, se recoge con anterioridad a finales de septiembre. También realiza una criomaceración durante 24 horas y fermenta en depósitos de acero inoxidable. Crianza: 4 meses. Botella: 2 meses.
Color: amarillo pajizo, reflejos verdes los más jóvenes. Aromas: hierbas aromáticas, tomillo, romero, pomelo, algo mineral. En boca es fresco, sabroso, con una leve salinidad que incita a beber. Grado alcohólico: 13-13,5 % vol.
La bodega cuenta con una amplia oferta de vinos locales tinto de garnacha, tinto y rosado de la variedad rossese di Campochiesa y pasificado a base de pigato, este último muy sabroso, algo perfumado, un passito de color ámbar característico.
Cantina Paganini. Proseguimos por la Via Aurelia hasta la localidad costera de Finale Ligure, el mar abierto invita al baño o por lo menos a tomar un helado frente al paseo marítimo. Abandonamos la costa entre las colinas del interior, la carretera se estrecha zigzagueante, nos detenemos a observar las líneas de viñedos dispuestos en terrazas, seguimos ascendiendo con la autopista del sur sobre nuestras cabezas, el camino se hace intransitable en la última curva, Riccardo aparece en una motocicleta y abre la verja de acceso a su propiedad, apenas 2 hectáreas bien aprovechadas, franjas de dos o tres líneas cultivadas de Vermentino y Pigato, orientadas al sol. La familia Paganini, probablemente descendiente del gran compositor romántico, según declara Riccardo, recuperó la tradición vinícola en los años ochenta, y a día de hoy cuenta con una producción rentable siguiendo los métodos naturales. Los instrumentos en el campo son pequeños para poder maniobrar entre las cepas en vaso, técnica idónea en este paraje donde la tierra arcillosa retiene el agua. Se utilizan productos “bio” antioxidantes y un cuarto del límite de sulfitos permitidos, “se debe añadir sulfuroso, siempre interesa”. La vinificación la realiza Alex el joven enólogo en conjunción con el productor, “no debemos fallar en la técnica”, la producción es pequeña pero rentable, 15.000 botellas que sirve principalmente a la restauración y particulares.
Notas de Cata:
Pigato Paganini: Color amarillo pajizo intensidad media, diversidad en aromas, melocotón, musgo. En boca una acidez fresca, de paso amable, equilibrado. Ideal para el aperitivo. Grado alcohólico 14%
Vermentino Paganini: Color amarillo pajizo con reflejos dorados, aromas cítricos, florales. En boca es potente, algo áspero, muy gustoso. Grado alcohólico, 13,5%
Numerosas micro-bodegas y propiedades familiares más o menos desarrolladas preservan la tradición vinícola respetando el medio ambiente y fomentan el turismo nacional de Turín y Milán así como de Alemania y de Francia.
Riviera Ligure di Levante (IGT)
Riviera Ligure di Levante
Riviera Ligure di Levante (IGT)
Atravesamos la ciudad portuaria de Génova por la carretera elevada de Aldo Moro, modernos edificios ocultan el centro histórico de viejas casas y palacios barrocos, a la derecha el enorme puerto da cabida a cruceros que confunden al viajero con modernos edificios. Un galeón español de época nos hace girar la vista en el puerto deportivo junto al Acuario, el Museo Galata, y a la derecha vemos las fachadas de casas residenciales blancas y rosas.
En el Porto Antico flanqueado de palmeras el tiempo se detiene, los viandantes disfrutan del sol primaveral por la Calata Falcone e Borsellino, con el Palazzo de San Giorgio al fondo. Finalizado el semicírculo avanzamos según nos permita el indómito tráfico por el Corso Italia hacia el Quarto del mille y Quinto al mare, barrios residenciales abiertos al mar, numerosos baños, “lido” y clubs con pequeñas playas privadas. La Via Aurelia atraviesa pueblos costeros sobre roca como Recco, Santa Margherita y Portofino, cada vez más empinados, cada vez más inaccesibles, villas señoriales escondidas tras las flores y palmeras con espléndidas vistas al mar.
En Rapallo respiramos la brisa en el paseo marítimo y en la enoteca «Cantin-a-du-pusu» Giovanni nos pone al día en variedades de uva y bodegas locales del Levante. El cielo se cubre lentamente, en el interior de la provincia La Spezia en Sarzana, las laderas de aluvión y verdes plantas se encuentra la Azienda Agrícola Santa Caterina, Andreas Khilgren aguarda por los viñedos circundantes entre su casa y la bodega. La tradición de la familia y la experiencia de los campesinos dan lugar a una viticultura particular, vinos que respetan al máximo la naturaleza, en la tierra y en la elaboración de estos vinos de autor. Su filosofía se basa en la mínima intervención en el vino, “no hay vía intermedia” declara el productor, hasta el punto que la bodega no cuenta con la Certificación biológica, tan extendida en Liguria, ni está obligado a aplicar los métodos y productos del mercado “bio”. Andreas explica estas consideraciones bajo una lluvia fina que cae como la tarde primaveral, nos recogemos en la pequeña bodega no sin antes observar la cepa y las plantas aromáticas, tomillo, cantueso, salvia. El grano se analiza y se prueba la vermentino entera con las pepitas, es crujiente y denota esa característica salina por su proximidad con el mar.
Primero se prensa muy lentamente para después trasvasar y en ese momento delicado “se hace una trampa”, nos confiesa Andreas, al añadir una pequeña dosis de sulfuroso y desechar las pieles. Algunos vinos permanecen durante 9 meses de maceración en sus lías.
Sorprende las redondas vasijas de gres para afinar el vino, una prueba de la experimentación del viticultor-filósofo, que desde la tierra practica la agricultura biodinámica. La vinificación se realiza también en hormigón y depósitos de acero herméticos que hace al vino más expresivo. Vinos Liguria di Levante (IGT):
Poggi Alti (Vermentino, blanco) 14% alcohol. Fermentación con las pieles, antes de Navidad realizar la crianza una parte en barricas viejas de 350 l. y otra en acero durante un año. Color amarillo dorado, notas minerales y fermentativas, salinidad y frescura.
LM (vermentino blanco) Larga maceración hasta el final de la primavera, se limpia de lías y permanece en vasijas hasta el final de la cosecha.
Rosato Liguria di Levante (IGT) variedades: Canaiolo (Merla), Ciliegiolo.
Tinto Vino Rosso: Canaiolo (Merla), Sangiovese, Ciliegiolo. Maceración en lías, un año en tonel de 350l. y año y medio en botella. La proximidad con la Toscana se manifiesta en las variedades.
El tiempo transcurre sin prisas en Santa Caterina, abandonamos la propiedad del matrimonio Khilgren hacia Cinque Terre (DOP) antes de la puesta de sol. Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola e Riomaggiore, declarada Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1997
Cinque Terre DOP
…la carretera trepa por las terrazas de viñedos en una pendiente trepidante hasta la última “tierra”. Luciano Capellino hace señales en el cruce. Caminamos entre las líneas de altas cepas sujetas en guyot, un claro con una caseta asoma al inmenso mar sobre muros de viñedo vertiginosos que hacen perder la vista en el horizonte difuminado, por un momento un rayo ilumina el paisaje lleno de color.
“En verano se hace intransitable con los excursionistas” y sin embargo la labor del viticultor es ardua, en la recogida hasta la bodega cargan a la espalda la uva pendiente arriba y abajo. Las terrazas con paredes de piedra seca ascienden a más de 300 metros sobre el mar. Luciano explica la tradición en la siembra en esta parte del litoral conocida mundialmente, “nosotros marcamos la regulación” con las variedades autóctonas, por ejemplo de la mezcla del vino:
DOP Cinque Terre, Bosco 70%, Albarola 20% y Vermentino 5% color amarillo pálido con reflejos, aromas entre minerales y salinos de la brisa marina. En boca es intenso y fresco, expresa el terroir. Grado alcohólico: 13%
Sciacchetrà, vino pasificado de las variedades: bosco, albarola y vermentino.
La uva expuesta al sol y después ventilada ha fermentado durante 21 días, separada del vino y despalillada a mano, se han impregnado del mosto y reposan ahora al fondo de una garrafa que se rellena con vino obtenido anteriormente al Sciacchetrà, y así reposa durante una horas. Se estruja y filtra mediante trasvases en una crianza de al menos 7/8 meses. Al final de agosto se realiza un control para pasar a embotellarlo.
Color ámbar intenso y brillante, aromas de frutos y plantas aromáticas, en boca intenso y sabroso, retrogusto característico.
Cinque Terre merece una visita por su belleza paisajística y su sabor Mediterráneo capturado en estos vinos singulares.